Un trasero femenino ardiente y bien delineado en movimiento ha puesto en jaque a reyes, generales y obispos. Todo se alborota, todo se desordena. Ningún perno queda en su lugar. El lío es continuo y a veces es algo entretenido. Ese trasero que nunca toma vacaciones mantiene a muchos lascivos colgando de un hilo. Cuando ella mueve un glúteo, el jefe queda abstraído. Nadie discute el poder femenino.
Del blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN
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