domingo, 18 de junio de 2023

MI HUESERA - POEMARIO...JUNIO 2023

        01

Compartiré contigo lo que tengo, acercaré mi casa a la tuya.
Lo mío será de todos y lo tuyo no me pertenecerá.
Tú estás al tanto que te quiero.
No me rogarás más, no marcharás más por la Alameda.
Mi aureola la dividiré entre un millón, en una oda.

02

El hijo que es favorito no percibe bien su sitial.
El que es desestimado asimila todas las gotas del desdén,
cada llovizna y vendaval.
Sin indulgencias se urbaniza su carácter.

03

Mi contendiente me ayuda a sobrevivir, a poseer una identidad.
Un polo nos anuncia que coexiste su opuesto,
y ambos se cabecean en la misma cabaña.
Mi adversario y yo somos la narración de un mismo bolígrafo.
El bien común es el living de todos,
cuando es un bien, y cuando es común.

04

Es la primavera, libidinosa.
Los varones con corbata y rostros enamoradizos se pasean decididos.
Ellas se resisten y alzan la voz, comportándose,
con el pelaje de una dama.
Entre nubes de flores revolotea la pasión
y el olor de las gatas los estimula a un ataque ciego y quemante.
Terminado el forcejeo erótico,
aparecen los retoños y el apolíneo se va.

05

El sionismo es manipulador, el judío sincero se irrita con su proceder.
Son los señores de los bancos y las corporaciones, de la prensa libre y de Hollywood, de la CIA y del Mossad, del Pentágono y de la Casablanca, de los saqueos y de la agenda mundial.
Es la elite.
Cualquier mentira portentosa la transforman en una irrebatible y santa verdad.
Cada hoja que caiga se calará.
El judío veraz, la inmensa mayoría, casi todos, esperan al Mesías con fe,
laburan duro, pretenden la paz.

06

La propiedad es de unos pocos, el desposeído nada posee.
La propiedad es del Estado, el desposeído nada posee.
Como la propiedad privada es un robo,
el Estado le robó todo a todos.
Las privaciones cohesionan a la hermandad,
que instaló su carpa en la sala de espera.
El inmovilismo no los deslumbra.

07

Reviso mi primera firme ponencia y tengo una segunda y una cuarta.
Mis síntesis van en un microtren y en cada estación son lanzadas al río.
Ser fundamentalista a mitad de camino es estrafalario.
Abrigar la veracidad no significa explicarla adecuadamente.
La verdad sobrepasa la última parada en sosiego.

08

La ola me botó con vehemencia
y finalicé enmarañado en tu antejardín.
Tu naufragio también fue vertiginoso.
Nuestras almas se fusionaron en una isla
que no forja envidias ni majaderías.

09

Como precisó mal la contrariedad
el diagnóstico fue un hundimiento.
Las medidas de mitigación fueron acertadas
para un lío que nunca fue tal.
Fue reelecto como legislador.

10

A ti te prestaré un millón, a ti te mataré de hambre.
Ruégame un poco más, prométeme fidelidad.
La devoción es un punto a favor.

11

Con los halagos los votos aumentaban.
Fue diputada con la segunda mayoría.
De artista a carpintera de utopías que no comprende del todo.
La posmodernidad no acribilla sus inquietudes.
Se hospeda dentro del establo.
Con el cambio de look se ve más analítica.
Su seriedad es una cesta vacía.
Su vida es una réplica del progresismo sacramentado.
Sus reflexiones espontaneas son impredecibles.
En los canónigos de la izquierda ve un faro.
Duerme de corrido. Perdimos a una actriz.

12

Demasiados occisos al interior del país.
La bala tan rentable redujo el valor de la vida a cero.
Asesinar es un acto de maldad
y la Casablanca ya aceptó el dinero sucio del diablo.
En un año tolerable sólo ultiman a veinte mil.
Hay más armas que almas.

13

Mi motivación es sensual y confidencial,
mi discurso es inspirador y endémico.
El arresto brota a borbotones,
espero que el poste ponga verde.
Mi libreto no le causó ninguna impresión
y casi se rió en mi nariz.

14

Si apruebo el aborto perderé los votos conservadores de mi sector
y algunos progresistas votarían por mí.
Postulantes proaborto hay en todos lados.
Es la vorágine, es la moda. Si no te ves no vales nada.
Enfrentaré mi aprieto ético con convicción.

15

El espectacular supermercado es un gulag,
nada de valor encuentra el alma
y los descuentos vigorizan la zozobra.
El descanso no se etiqueta,
se invisibiliza detrás de una tarjeta.

16

El no creer en nada con fe afirma mi fe.
El creer en Dios con fe fortalece un pensar que vigoriza mi fe.

17

Lo mío es por el odio a los hombres, no por el amor a las mujeres.
Ser femenina y coqueta es un desaire, ser algo masculina es un avance.
El hembrismo nada suma.
El feminismo puro es un machismo extremo y ofuscado.
Las mujeres son las que deciden lo que se compra en este mundo.
Los hombres viven menos, se suicidan más.

18

El planeta se abrigaba solo y aparecimos.
¿Fue un impulso? ¿era un desventurado?
Del barro germinó una embarrada.
No escuchamos las peroratas del manglar,
la unción del estuario.

19

Cristianos por el socialismo, por el ateísmo, por el materialismo,
por el resentimiento elaborado con santos óleos.
Ateos al monasterio, irreverentes promoviendo su emancipación.
Homilías con pólvora.

20

Lo buscaron por todos los recovecos
y los delirios de su sombra no aparecían.
Le presentaban sus rendibúes sin verlo,
los funcionarios lo saludaban, subordinados.
La lealtad al patrón era el punto en común.

21

Dios es soberano, el hombre es libre.
La soberanía es invariable, la libertad humana se admira.
Dios es persuasivo, con un amor intenso te invita.

22

El narcotraficante lleva la cocaína
y después el oro ilegal de los sudamericanos.
Cada gramo es recibido con carteles risueños.
La Reserva se pone una venda.
La corrupción es el sustento del patrimonio.
El oro te descobija, te dobla las rodillas,
quema el alma del tío.

23

Una vez más pasaste de largo.
La alcanzaste a esquivar, con menos destreza.
En la pelea frontal perderás. No la contarás otra vez.
Por tu juventud el réquiem no fue.

24

Insultas a los dardos de la noche.
Nadie logrará huir de ellos.
Espera el alba sentado sobre la roca,
las huellas de su autopista relucirán.
Y será la jaqueca del extraviado.

25

Una idea firme reside en mí,
se pasea entre arbustos y sisellas, persuade a otros.
Crece y toma cuerpo, con manadas en cada lado.
Yéndose de mí o no, es otro ser.

26

Opto entre dos o tres beneficios, el sentimiento puro es posterior.
La demanda de moral disminuye con el encanto del lucro.
La entrega del corazón es lo segundo,
primero es la racionalidad.

27

Mi honrilla está debajo del suelo.
Participaré en una capacitación de superación personal.
Mi yo ya no me incitará a beberme un insecticida.
Vendiéndole cursos a otros subo en el escalafón.
Reclutando tarados me nombraron sacristán.

28

La locura me vio pasar y tocó su trompeta.
El graznido de las gaviotas declama el horizonte.
La normalidad es un feudo de escorpiones cenicientos.
No ahormaré otra vez en el entretecho mis entelequias afectadas.
Los resuellos de la luna no son disonantes.

29

Sufro y ruego y nada sucede,
choco con un antepecho electrificado.
El mutis es más punzante que la existencia,
las antenas se desconectaron.
El optimismo es la sonrisa falsa del esqueleto.
Los dioses no satisfacen ningún requerimiento.
La oscuridad te advierte que hay dos caras.

30

Planté un naranjo, haré jugo mañana.
No me supedito a los ciclos.
Somos irrelevantes.
La excelencia es un desafío irritante.
Los vicios escapistas son populares, la norma.
Los arrolladores me descolocan.
Siempre me bajo en la misma estación del metro.

31

Conocimiento revelado, conocimiento pensado.
La razón sola creó su islote con las sobras.

32

Su filosofía es religiosa,
sus reflexiones son un credo,
el motivo del origen es la fe,
la meditación los reúne,
la candelilla ilumina la intención,
el deseo enciende llamas azabaches,
la renuncia es la partida.

33

Un foco potente detrás de mi cabeza.
La sirena me detiene en el tiempo.
Si me rindo la correccional será mi morada,
si huyo mi condena se incrementará.
El mal es un cobrador despiadado.

34

Él tiene una estancia y yo una sobria casa.
Ambos dormimos cómodamente.
Él compra su vestuario en el extranjero.
Doy gracias por mi ropa de liquidación y electrónica.
Hemos sido bendecidos, vamos por más.

35

El techo del mundo perdió la fe,
por una codicia que los invadió.
Los templos que sobrevivieron a la paliza,
meditan día y noche, con el estómago apretado.
El Dalai Lama vaga por el mundo con algo de paz.
Los derechos humanos son más bien tornadizos.
Tanta agua, tanta agua, tanta agua.

36

Con el gambox salgo a la calle, sutilmente,
con algo de confianza.
Si termino el día de pie, duermo bien.
De vez en cuando fanfarroneo
y mi verdadero ser se queda en el guardarropa.
Mi lugar en la comunidad es irrelevante.
Esconder el yo y no estremecerme
es la tarea titánica de cada anochecer.

37

El médico me sentenció en diez palabras.
Nada pesa lo mismo, ningún color se ve igual.
El horizonte lo toco con el dedo índice.
Los rayos del sol apuntan hacia otro lado.
El sarcófago me ve y no pestañea.

38

Con el presupuesto de la nación no alcanza.
La colaboración de los usureros es bienvenida.
Las prebendas robustecen las candidaturas.
La fiel carestía es nuestro capital.
El déficit es el aliado que más votos da.

39

Una joven coqueta me hizo un agraciado regalo.
En un cafetucho me bebí el enigma.
De las tocaciones súbitas a la pensión alimenticia,
del camastro a los pasillos del tribunal.
Sólo le acepto obsequios a mi madre.

40

Le confesó todo a la botella,
al presbítero, al sicólogo y a la luna.
La carga es insoportable,
el dolor cubre las horas,
el orden natural es estéril.

41

El Dalai Lama fue elegido entre dados y serpientes.
Amigo de nazis y malhechores en su ruta.
En su época los monjes eran maltratados.
Defendió el derecho de la India a poseer armas nucleares.
Su patrimonio es un dolor intestinal en los piadosos.
La secta se engoma al trono tibetano con dientes y centavos.

42

El anhelo cósmico de trascender,
de hallar un templo que posea conectividad
con el otro lado, que entregue visas.
Este lapso es un prefacio.

43

Nadie me recompensa por obrar bien.
A la primera falta me apuntan con el dedo.
Una embarrada es un notición en el barrio.
Perseverar es el mandamiento de Mateo.

44

La izquierda es el tonto útil para alcanzar el poder.
Los progresistas serán defenestrados
cuando la elite sea coronada.
La derecha económica financia el globalismo con gafas.
Los amos del mundo gobernarán sin contrapesos,
y también serán lanzados, por la profecía estática.

45

A veces se muestra entera.
Es caprichosa, es mujer, una musa nocturna.
Tiene algunos granos en la cara
y es la violinista de los besos.

46

Mi suegra se fue de la casa.
Estoy ebrio en la zambra.
Regresó siete meses después
y estoy atrapado en la congoja
y a la puerta de salida le prendo cirios.

47

Me mudé a una morada grande y decorada,
el desconsuelo se estancó en la anterior.
La cárcel de José se selló.
Un nuevo contexto sicológico es mi mesa de centro.
Mi derrotados contrarios residen lejos.
La luz eterna adorna mis días e ideas.

48

Estoy desahuciado en esta pampa.
Nadie se me acerca, almuerzo solo.
Si no asisto a la verbena no hay zollipos.
Me codeo con las sombras de la neblina.

49

Me endeudo en una moneda que fabrico yo.
La hegemonía es un maná.
Todo sale a pedir de boca.
Los intereses son mis súbditos.
Todos bailan en mi pista, a mi compás.

50

El asesor fue recogido de la calle.
No posee especialidad de ningún tipo.
Ingresó atado al tobillo del aspirante.
Lo anota todo, es versátil, improvisa bien.
En los problemas de gran eslora revisa su carta astral.

51

Espera sentado y fastidioso al gerente.
Si la reunión dura tres horas ve una película en el celular.
Estará disponible en todo momento.
Conduce desconociendo su próximo trayecto.
Su destino depende de otros.

52

El sendero no recorrido es trepidante, una apuesta.
El guerrero tropieza, lucha con boas.
El que hace lo mismo no olfateará nuevos panoramas.
La libertad es el primer insumo de la gloria.

53

Subirán los precios y los impuestos.
Aumentarán las confiscaciones y los malestares.
Los inversionistas se fugarán en una caravana.
El desabastecimiento será la señal del apogeo.
En medio de la miseria, algunos festejarán.

54

Eventos puntuales de mi niñez y juventud
los recuerdo fotográficamente: me marcaron.
Miro el álbum y lloro.
El pasado es el capital del anciano.
De ahí extrae directrices.
Los años que se fueron no se fueron de mí.
Pocos consultan a la experiencia.

55

El camino correcto es una línea recta.
Los atajos son imposibles, un delirio.
Todos pasan por el valle del dolor.
Después de la total oscuridad apreciarás el alba.
Sin una pateadura el necio no avanza.

56

Considerando sus complicaciones de autoestima,
no era lo que ambicionaba.
Fue el único que tocó mi timbre
con cierto entusiasmo.
Me invitó a un helado de agua.

57

Ladró a las tres de la mañana, distinguió a un forastero.
Posee una placa policial y gran celo.
Pernocta con los oídos abiertos y manoplas.
Sin transar, su amo está primero.

58

Me demoro veinte minutos en llegar a la oficina.
La misma vía y semáforos.
El cemento me saluda, la suciedad es amigable.
El automóvil llega solo.
Los periplos son los mismos.

59

El senador le entregó paquetes alimenticios
a electores con su certificado de defunción vigente.
Las licitaciones son granizos de pepitas de oro.
La ciudad es una vaca lechera con sobrepeso.
Los cargos públicos son prostitutas del círculo cercano.
Es el responsable de batir el chocolate.

60

Las camionetas se estacionan en tercera fila,
frente a la puerta del colegio particular.
El educando no caminará cuarenta metros.
Los policías son cautelosos con las infracciones.
Al primer pisotón la aristocracia local se escandaliza.
Esta comuna hedionda ensalza su linaje.

61

Fui. Se me desordenó el firmamento.
Fui otra vez. Estoy instalado.
Fui otra y otra vez.
El lazo es una condena.

62

Es una parada obligatoria.
La gambeta de Enoc está fuera de la codificación.
Al caldo de cabezas no le quedan presas.
El obituario es la residencia de todos.
No es una tentación aparecer en el periódico.
No simularás otra vez.

63

El camino amarillo es el patrón oro,
la ciudad Esmeralda es el reino del dinero.
Con los lentes sólo ves dólares.
El granjero representa al pueblo sometido,
el león al pueblo cobarde.
El hombre de hojalata es un pueblo oxidado.
El oz es el lingote de oro,
la magia tenebrosa gobierna el mundo
y la película los embelesó a todos.
Ocultismo esotérico, ocultismo financiero.

64

El judío prestaba dinero,
el católico no se manchaba.
Era un pecador delante de Dios,
el alma del cínico continuaba inmaculada.
El cobro de intereses es un deleite,
el banco del Vaticano ama la usura piadosa.
En la idolatría a Mammón usan mascarilla.
En cada bolsa de valores ancoraron un dicasterio.

65

La noche es espesa.
El silencio parlanchín se pone su chaqué.
El insomnio crea realidades, desdibuja posibilidades.
El sol ronca.
Saludo con gallardía a la bandera del anonimato.

66

Siendo simplemente un pensamiento
se convirtió en fuego interior, en un piquetero,
en un dios manipulador.
El sentimiento es un ogro que me desenfoca.
Otra vez soy un sometido.
La flecha lanzada ya no es de mi patrimonio.
Los estereotipos dominan el salón.
No bajen a la diosa razón del pedestal.
El estrés analítico es la punta del lío.
Cuando veo mi historial no logro complacerme.

67

Quemamos templos religiosos,
la protesta alcanzó un nivel celestial.
Nuestra propuesta respeta la libertad de cultos,
de un culto consagrado a nuestro líder bermellón
y profeta del credo.

68

Una nación sin clases y sin Estado,
es una sin residentes visibles.
El Estado rojo fue un gigante insoportable,
que obligaba a los pisoteados a bajar de peso.
La dialéctica de la libertad fue cremada.
La verborrea acolchada con gemas fue un gran logro.

69

La burguesía enterró al feudalismo,
le cortó la cabeza a un rey,
movilizó a la gente del campo a la ciudad,
aumentó la producción y la riqueza por todos lados.

Y se propuso suprimir la propiedad privada
para empobrecerlos a todos,
en una jaula colorada,
con la boca cerrada.

70

Me gusta poner el grito en el cielo,
reclamo por todo, con un megáfono.
Soy un fanático de Jesús de Nazaret
y seré el empresario estrella de la comarca.
El comisario cita a los exorcistas laureados.

71

Si todo lo administra el Estado,
corcovea en cada recodo y chaflán.
Es un dios pagano y desmañado
en donde el descontento es un judas
y la disparidad filosófica un escarnio.

72

Lo prometido es deuda, subyugada,
de un cumplimiento irreversiblemente vencible.
Lo comprometido es una obligación irredargüible,
un clavo insacable, intratable.
El promesante es un lastre vital.

73

La veneraba y se reía al verme.
Iba tras ella y me eludía.
Los flirteos no eran recíprocos.
Cuando venía a mí me complicaba entero.
La enviaba a un punto específico con el borde interno
y me contravenía sin salvedades.




FIN de “Mi huesera”


ANTOLOGÍA DE POEMARIOS
http://antologiadepoemarios.blogspot.com


De la antología “Las sotanas de Satán”
http://lassotanasdesatan.blogspot.com


JAIME FARIÑA MORALES
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Jaime Fariña Morales

La antología de blogs LAS SOTANAS DE SATÁN es una querella

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culturales que habitan en la mente, en el alma y en la realidad, y que nos

adhieren a la desdicha, al desencanto y a los equívocos férreos. JEFM.

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sábado, 17 de junio de 2023

UNA SINDÉRESIS - POEMARIO ...JUNIO 2023

       


     1

Perdí mi primer amor a Dios yéndome al hoyo con el credo y todo. El retorno y el trayecto son tan malsonantes como lo grande que fue la ingenua ilusión de ese primer día en que me postré ante Él. Dios en Su palabra promete y promete, mas cumple cuando se le da la gana, cuando la vida y los años han pasado. Sí, mi entripado y piel lo ven así ¿Por qué Dios no eliminó de mí y de un solo golpe esa petulancia que me impide ser bendecido de veras? ¿Por qué Dios se demora decenios, jocosamente? Las frustraciones del discípulo son desgarradoras.

2

La ética es de etiqueta, del deber.
El hombre es intrínsecamente descarriado.
Si no trasciendo mi alma se hunde.
Venerar al hombre natural es un delirio.
El hedonismo no le da sentido al dolor.
Conoceré el evangelio, haré discípulos y le esperaré.
La razón jamás será un reino autónomo.
La experiencia que parece imposible no es tal.

3

Los gusanos se aprestan para la comilona con todos los órganos que mi egoísmo criminal no le quiso donar a ese prójimo que llora su tragedia, implorándole al Dios Todopoderoso que no se presenten nunca más creyentes inmisericordes como yo que le entregan entero su cuerpo yerto a los comensales de los cajones mortuorios.
Polvo eres y en polvo te convertirás.
Polvo sucio se amontona en mi siquis inmortal y en la colectiva,
que es asertiva en no ver el calvario adyacente.
El riñón es el postre y no hay en mí un gusano bajo en calorías.

4

Yo no vine obligado ni con un embarazo deseado.
A mí me fueron a recoger con las aletas abiertas.
El vientre que me transportó fue una posada tensa.
La pieza y la soledad de mi orfanato quedaron desiertas.
Sin ficha, sin larvas, sin historial: limpio,
y me condensaré solamente en el devenir.
Mis padres lanzaron su acantilado de amor sobre mí.
Muchos agachan sus cabezas desde y por mi existir.

5

La libertad de expresión que no importuna a las orgías y fechorías de los dioses del olimpo, sería la genuina libertad de expresión y respeto. Con arrebato y logística los atletas del reportaje denuncian el robo coordinado de las minucias, mas a los saqueadores del país les besan el anillo con la laringe. La honra de la persona no aniquila la honra de esa verdad, embozada, ¿para evitar un mal mayor?

6

El burro:
no lleva doble vida;
no vende sus espermios en el mercado;
no es lujurioso a pesar de las tentaciones;
no participa del aborto legal;
no digiere sacramentos ni en la pira;
no se adhiere a los vicios ni a las lacras;
no es humanista ni con una daga en el ojo;
no ve novelones;
no despluma al prójimo;
no le miente al albarrán;
no lee revistas frívolas;
no le besa la mano a burros encumbrados;
no le reza ni le baila a ninguna burra;
no es fetichista;
no es un petimetre ni un postinero;
no usa goma ni frac;
no tolera el consumismo;
no mata al burro débil;
no es un desalmado;
no es falso ni beato.
El burro no se ve moralmente superior.

7

Congratulo a los que creen que guardan los santos mandamientos
y a los que sospechan que andan cerca,
a los que se lucen con el campanario debajo del brazo, a los estetas.
Si la suma de los engrupidos se eleva,
el domingo se alimentará el alma nacional
y el escéptico lamentará su parvedad,
su cuarentena vocinglera, su ojo clínico.

8

En navidad:
los templos trinitarios de autoservicio están vacíos;
las casas comerciales ovacionan todo crédito;
las financieras pugnan por trastornar a los incautos;
en el público la tasa de interés es un apólogo;
el evangelio de las demandas se torna cáustico;
el terruño se hinca sondeando presentes;
la ansiedad narcotiza al rebaño;
no hay congestión espiritual;
el tráfico de la piedad se estanca;
la sonrisa depende del coste del regalo;
los obsequios bloquean el móvil del pesebre;
nadie corre en pos de la santidad al contado;
los renos tapan la estrella de Belén;
las oraciones son reemplazadas por las promociones;
vive la paz de espíritu el que envolvió todo;
el monitor envía enternecedores saludos a desconocidos;
el supermercado tiene a la feligresía a empellones;
los vendedores exitosos alaban al Señor con antífonas;
aumentan las horas extraordinarias impagas;
el lucro es el pendón del árbol navideño;
la gente se marea al vitrinear la ausencia de las parábolas;
la tensión nerviosa depende del poder adquisitivo;
el segundo y el tercer mundo recrean un día aciago;
una Escritura de regalo es bochornoso;
el viejo de rojo huye de los insolventes
y Jesús juega de cuarto árbitro.

9

Asola al espíritu cristiano, angustia al pueblo, al comprador común al pechero. Nubla la mente e hipoteca al pobre. Igual lo idolatran. Él eliminaría al festejado encantado. Se ríe en la cara de los bolsillos birriosos que exploran los escaparates, arrancándose en su trineo fórmula cero. No es tarado, hay lugares que no visita. Es un criado más de los potentados. Trabaja en el polo norte todo el año por el comercio y su vórtice. Igual lo adoran sus detractores, con cambujes.

10

Es pudorosa su carita roja, es un santo por naturaleza.
No cree en las confabulaciones ni en la Cosa Nostra
y es puro hasta el halo de su cabeza.
Es un magnate de la nitidez interior
y un versado en el campo de la vergüenza.

11

No todos los muertos guardan riguroso luto.
Algunos meten bulla detrás de los arbustos,
asomándose por las ventanas de cortinajes obesos.
Asfixian al pistolero con jipíos horas tras hora.
Algunos valen más fallecidos que duchándose,
son más hinchapelotas y apreciados bajo tierra.
Con su prestigiosa lápida salieron del anonimato.
Con el réquiem corriente de un candoroso no se amplían.

12

Como se dice, el hombre quiso contemplar algo más ridículo que él e inventó el oficio de payaso.
Es un muy bello apóstol y el circo su noble curato, desde la cual su amor quimérico ambiciona compartir.
Al acercarme a la puerta de la carpa me presumo un pensador.

13

Él la ama a morir, ella lo ama intensamente. Él no entiende lo que ella siente porque es un hombre. Ella no capta como aman los hombres y jamás lo comprenderá, ni desdoblándose. Una mujer sólo puede ser amada por un hombre, que es su complemento divino. Son el uno para el otro, sólo hay que mirarlos desnudos y la biología aullará. Hombre y mujer los creó. El lesbianismo erige su seudo normalidad dentro de una cloaca acicalada en la que hay sólo oscuridades y sudoríficos y un par de sonrisas hidráulicas, despistando así a los curiosos crédulos.

14

El adulto mayor se juega los descuentos, complicándose con el desarrollo de la brega. El primer tiempo no lo enorgullece y el segundo le da encogimiento y malas vibraciones. Cuando resume sus memorias y andadura le duelen las muelas y los decenios. Lucifer lo laurea en público, lo alienta, y esa cara de abuelito bueno no le es útil. Su cuerpo fue un súbdito de los tugurios condimentados y adivina en el acto el germen de los insomnios. Tiene más coetáneos bajo tierra que en la villa. Sólo se arrepiente, cuando es muy necesario.

15

Estimada colega,
mi chaleco pasado por tu nicotinoso humo
te saluda algo vapuleado,
colgado desde el patio de mi casa,
ya que no le consienten entrar al living.
No te desveles,
mis calcetines no se alcanzaron a impurificar
con tu pasión cigarrera,
ya que conservan intactos
ese inconfundible olor a pie.
La oficina y la casa no son ceniceros,
mas estás tú.

16

El tónico no sanó la carraspera. La afeó y la amplificó, con desparpajo declamatorio. El licencioso pasó del deleite pasajero sublime al abismo contestatario, a los efectos irreversibles. Se glorificó y se asoló, con su hipocondría. Se sometió sólo a sí mismo y por eso lagrimea. Todo lo que guardó en su bodega estalló mal y cada semana se aleja más del podio. Con la fe en Dios fue un laicista y con el laicismo un irracional devoto. Podría ser un depositario más de la placidez, que siempre viene de afuera.

17

El hombre trabajaba porque Dios lo ordenaba,
era un deber moral con la nación y los otros.
Con el sudor se ganaban el pan.
Los zánganos eran menospreciados por el párroco.
El trabajador es un consumista, un recurso,
y es su deber aportar a la producción nacional,
a la obesidad insaciable del círculo de los amos.
Los desidiosos son menospreciados por los economistas.

18

Voy a donde quiero,
pienso en lo que quiero,
creo en lo que quiero.
Nunca he sido feliz.
Voy hacia el Padre,
pienso en Cristo Jesús,
creo en el Espíritu Santo.
Nunca seré un desdichado durable.

19

La moral cierta depende de la verdad y esta de la Revelación.
Sin la verdad no hay una ética inamovible y es a la Escritura a la que desafiarás clamando al Salvador por tu alma.
La moral apoyada en la tradición o en la razón no posee columnas ni horizontes, y por esto, no rozan jamás la veracidad.
Desprovistos de principios y cual misioneros, son eruditos en molturar y vaciar corazones, abandonándolos en el primer semáforo en rojo.

20

Con arboledas, ríos y frutales, era un huerto al que nada le faltaba.
Se respiraba la dicha y la eternidad y los animales no salían a pelear,
hasta que la desobediencia se sentó en el trono
y el hombre abrazó con honores la iniquidad.
Este valle descenderá otra vez y se instalará con una espada de hierro,
por los siglos de los siglos.
A todo irreverente lo destriparán por dentro, en vivo.
Es la santidad la que al final arrasará.

21

Los huesos son el testimonio postrero,
del que partió al más allá y que fue creado por Su voluntad.
Es la bitácora la que se presentará en el juicio final.
Pocos componen el coro celestial.
La manada no es grande.

22

Comprar un número de lotería es prenderle una vela a este pérfido mundo,
a los ídolos que lo comandan.
Es pensar en pequeño, caer bajo.
El que se arrodilló frente al vicio con las manos abiertas
ya es un hombre muerto,
un occiso que espera su cínico velorio.
Preponderará el sudor de la frente.

23

Hoy me bautizaron, reflexiono sobre sobre el suceso.
No sé mi apellido ni mis días.
Pertenezco al dream team del papado,
me aparto del príncipe de las tinieblas y de las tentaciones.
Un año más pronunciaré mi primera palabra.
Soy un testimonio a las naciones
y una vela encendida en la sala cuna.
Doy por superado el incidente que no esquivé.

24

La idiotez no necesariamente se lleva en la sangre.
Algunos postulantes se esfuerzan con tesón.
La piedra de tropiezo es una estatua de jaspe.
La sensatez es un vicio patriarcal.
El tarado se expresa con una seguridad que asusta.

25

Le dispararon artillería pesada otra vez
y él está ahí mismo, incólume,
sentado a la diestra del Padre.
Dos milenios recibiendo calumnias y recelos
y nada lo altera, y además sonríe.
Lo resiste todo sin cabecear.
Los nuevos adeptos son interminables.
Es la roca imperturbable,
y no hay otra.

26

Nada existe, nada es: sólo Tu voluntad.
No hay anhelos, no hay deseos: sólo Tus proyectos.
Yo, ya no soy, Tú eres en mí.
Soy un súbdito de Tu voluntad.
Vacié mi ser a los pies de Cristo.
Debo ser un esclavo humilde a pesar mis miserias y pifias.
Sobrevivimos por su clemencia.

27

Interpelas la fe en el Dios sin propuestas, brindando una gama de conductos sin escapatorias ni aireaciones, y lo que deambula internamente demanda una escalinata con petaquitas y replicatos. Tus ahíncos y dúplicas carecen de aroma y pretendes conminar a la teleaudiencia a beber el agua de tu repertorio atorrante ¿Es secularizable un principio moral?

28

Me es imposible ir detrás de mí, en busca de mí
y rescatarme de esta laguna de cocodrilos tragaldabas.
Preciso de la cirugía de un tercero
que sea capaz de cargar mis bultos y de taparle la boca
a los reptiles y espantajos
por mientras mis premolares se entierran remisamente en el fango.
Ese tercero me desgravará y me adoptará por piedad en un santiamén,
previa súplica mía.

29

No se ve y es de un singular material
y hasta algunos miligramos pesaría en la báscula.
El ánimo desplomado es la penitenciaría de la meditación,
de la abstracción y de los menesteres de los por que.
El volumen del vacío y las zozobras del alma
encajan con la voluntad de Dios Padre.
El hombre sin lumbre es un devoto:
del agnosticismo,
de los poderes de la mente,
de los augurios ancestrales,
de los ropones y soflamas de los extraterrestres,
de las cartas del tarot o de algún chamán convincente,
de un pagano decorado,
de un amante fiel de las culturas hambrientas del oriente,
de esa orden monástica llamada comunidad científica,
de esos bardos con la metralleta como lucero,
de la sensualidad impresa o de las hierbas fantasmagóricas.
¿Apelando a mi destino zaherido
saciaré mi desecación, desactivaré mi pretenciosidad?
El devenir inmortal me tensa con un navajonazo,
el piñón de la felicidad no es visible,
el axioma es más que una ventolera de bendiciones,
la expiración es una jubilación macabra o radiante
porque no dar la media vuelta es freírse.

30

Soy. Sé que soy y que nunca dejaré de ser. Estoy. Sé que estoy y que nunca dejaré de estar. Consciente de que la lucidez del alma no expira jamás y de que a pesar del preceptivo camposanto la inmortalidad es una realidad categórica e indisputable, ¿adónde anidarás tu eternidad? Como nadie preconiza del ateísmo con indicios que me indispongan con los precipitaderos, no lo soy. El angosto sendero del Hijo de Dios es revesado, embrollado al principio, cinchado, celeste, benefactor. Me consumiré en la dialéctica cosaria inclinando con acometividad la balanza roberval hacia ambos lados hasta aprehender el sosiego.

31

Si estiras una mano al cielo apresarás el pensamiento y sus alrededores,
si levantas las dos, también la fe.
El creer y el sólo creer es escasez, el pensar y el sólo pensar son penurias.
Pensar creyendo y creer pensando.
La filosofía se satura en su mecedora y sus maestros caminan al féretro asfaltando con pulcritud y revolicos, más titubeos inquietantes y ayayeros, con el embeleso de los roedores de biblioteca y de la celebérrima cofradía de los emasculados.

32

Abraham es el padre de los creyentes.
Moisés cruzó el mar rojo por la fe.
Y Cristo le dijo: “hija, tu fe te ha sanado”, “tu fe te ha salvado”.
Y los apóstoles decían: “Señor, auméntanos la fe”.
La fe en el Salvador mueve montañas.
Pablo sentenciaba que la salvación es por la fe en Cristo.
El fideísmo de Lutero seguía la línea de la Sagrada Escritura.

33

Actualmente avizoro, ojeo.
Desde que me lancé por el ventanal distingo todo claro y taxativo.
Me desmitifiqué, me solté, me doblegué.
Requerí de valor eso sí.
Me divorcié de esas poluciones espigadas y macizas que transforman a los seres humanos en fetichistas, ensortijados, fumadores, supersticiosos, mentirosos, bellacos, ludópatas, disipadores, infames, lascivos, ateos, manilargos, idólatras, estafadores o en comediógrafos en primera persona.
Sí, Jesucristo es Dios.

34

Refuto el Evangelio,
consiento la teoría de la evolución u otras, por fe.
Soy una cabeza mesurada, adusta.
Una teoría absurda sí es creíble, con un poquito de devoción.
Sólo acepto reproches fundados.

35

Creo que mi credo es plausible, que debe ser creído fogosamente,
que es la verdad, la verdad revelada y última que se testifica
desde la formidable experiencia del espíritu que despierta,
del nuevo nacimiento,
y que la vanidad no comprenderá jamás,
ya que el alma salvada vive intensamente
a través de una fe que ilumina y eleva hasta el edén
a los corazones consagrados.
El modesto engreído no es capaz de desmenuzar el indiviso fenómeno.
Implora la gracia de la fe.

36

¿Qué explicación coherente da la razón a la presencia de la razón en sí?
¿la respuesta va a ser racional, irracional o asombrosa?
El origen de la razón es un Misterio, en el más lúcido de los casos.
Afloró de la nada, como si nada, ¿proveniente tal vez de un acto de brujería?
La creación de la razón es totalmente incomprensible porque es sobrenatural.

37

El vacío: es potente, envolvente,
es quien tripula el ser, el orbe;
es inmortal, o se cree inmortal;
es el premier en la depresión;
es antes y ulterior a la materia;
es el meollo de las botillerías diligentes;
acredita que nos expulsaron del río Éufrates;
es el progenitor de la ansiedad
y le da una identidad a la miseria de cada uno.
El problema de fondo es el vacío del alma
y los siquiatras intentan bosquejar bien
aquello que no se palpa, que no se asoma.

38

La existencia misma es el lío,
no parpadear es otro.

El propósito total lo tanteas
cuando lo abandonas todo.

Hay una presencia que se va,
mas nunca menguarás.

Algo en ti es sempiterno.
No te alimentes de lo que se va, de lo que se ve.

39

En el conventillo las frustraciones son equitativas,
la miseria nos ama a todos en forma similar,
la vida privada no es ningún misterio,
los niños comparten las derrotas de los padres,
algunas señoras se confunden de marido
y siempre hay ropa y aspiraciones colgadas.

40

La fe en Cristo es límpida, la religión organizada es un instrumento de poder, manipulación y desvaríos. La salvación en Cristo es directa y sencilla. El poder religioso se apoderó de las llaves del más allá y de toda expectativa. Bautizarse o matricularse en una organización religiosa es el inicio que intenta pulverizar el anhelo de realizar reformas estructurales en la sociedad, en la teología de rodillas. La fe pura en Cristo tiene hambre de justicia social, de racionar la riqueza con los ojos abiertos.

41

La paranoia en sí busca la verdad,
diseñando confabulaciones y martillazos en el dedo.
No repudies la bendita locura de la fe.
Envidio al que se sienta en el trono de mis sueños.
Me enajenaré de toda realidad y haré de la cuenca la puerta del edén.
El lenguaje es un campo minado.
El que fantasea redarguye, avanza.
Las inquietantes figuraciones son parte de mi ambiente diario
y aplastan los dispositivos de seguridad.
Los leviatanes aúllan sin reparos.
El inconsciente es un gobierno independiente,
y neurótico o no, es mi otra brújula.

42

La mezquina tentación de juzgar al otro,
de apuntar bien, de descuerarlo entero,
de no olvidar detalle alguno,
de enfatizar sus debilidades con vehemencia,
de desnudarlo en público y disfrutarlo
y comprobar que es superior a mí.

43

Suben beatos a los altares para concebir el ardid
de que sí es posible que un presbítero sea un santo,
siempre que no se conozca su vida íntima.
Y sí es un venerable, es porque las estatuas no pecan,
y esto le da algún amortiguamiento a la Madre Iglesia.

44

Los sentidos no capturan la verdad, lo trascendente,
sólo una fracción de la realidad,
que nos señala que el vaso está desocupado,
a través de la congoja.
El cuerpo no es un trapo sucio
hasta que el mozalbete toma sus primeras decisiones,
independiente de los alegatos del glosario.
La gloria posee un nombre.

45

Del cementerio regresan emociones roídas,
conclusiones proscritas por el estándar,
equinos chúcaros huyendo de deslices vergonzosos.
En el subterráneo se inicia una peregrinación,
el maquillaje no alcanza, los impulsos se apertrechan.
La lujuria trasegada se agazapa debajo de la mesa.
Los frenos se oxidaron.

46

Libertad e igualdad, gemelas.
La arbitraria frivolidad nos recuerda que todos somos absolutamente iguales,
hermanos en fila, fieras con distintos matices.
La libertad es la rampa al grillete.
Por la igualdad utópica, suprimieron la libertad.
Por la libertad, suprimieron las igualdades básicas.
A ambas las elevaron drásticamente, por separado.

47

Una idea rimbombante y totalizante desfila alrededor de tu cabeza
hasta transformarte en un beato.
Pasarás por alto la consternación, la miseria,
perdonándolo todo, en una actitud mesiánica.
De querubín de la revolución a politruk.

48

El pensamiento y la acción
son dos estaciones del mismo trayecto.
El tren lo abordas en el alma
y te bajas en las consecuencias de lo obrado.
Lo que pudre a un hombre proviene de él mismo.

49

Hay criaturas que indagan sobre cualquier quilombo, elucubración o ritual, porque ansían paralela y descaradamente serenidad de espíritu y pecar, progresar y pecar, ser amados y pecar, cuales caraduras.
El Nazareno los increpa y los obliga a desligarse del barrizal resueltamente, mas esto no les agradaría.
He aquí el embrión de tantas sectas, coronelías, eritemas, fatalidades protuberantes, aberraciones, avillanamientos, crímenes al por mayor y cabildeos.
Esta es la materia prima del humanismo, la primigenia y última religión universal.
La demencia religiosa del humanismo puro abrió los vastos senderos que satisfacen plenamente la decadencia, las ocurrencias, las desviaciones y las conjeturas doradas.

50

El entendimiento que es mordaz en las tardes de sosiego,
me replica que sí hay impunidades,
mas al otro lado del minuto final no, nunca.
El pícaro se libra de sanciones.
En la otra cuneta seremos un tomo abierto
con una letra voluminosa y sin faltas de ortografía.
La desazón no libera.
Una estridente y resonante modulación advierte:
¡habrá castigo, la indemnidad no es sempiterna!
La sordera es extensa y afamada y las rechiflas son usadas como sebillo.
Toda fechoría pasará por la caja registradora.
O redención o condena, sin terceras vías.

51

Conocí el éxito y la sensualidad desaforada,
avancé hacia adelante sin miramientos,
dormí debajo de una palmera caribeña,
me paseé en mi relumbrante camioneta del año en curso,
el prójimo en mí siempre fue un duende,
no me senté llorando debajo de la cruz,
no desestimé casi ninguna trampa,
era la envidia de muchos pobretones,
me reí sanamente de la palabra pecado
y perdí mi alma por irreverente.
El camello no pasará por la muesca
y la abundancia de bienes suele ser traicionera.

52

Ni con aceite de oliva asimilas el nuevo pacto y los misiles de la ternura divina no te bastan.
La cicuta explotadora te ha dejado en jaque y los sudorosos violines ruegan por una pausa.
Si te escondes en el bosque de la mentira mayoritaria no descubrirán tu desnudez y carraspera.
Eres, el antónimo de la dedicación sincera y en los recovecos de tu alma no quedan ni meajas.
Las calderas de la Paloma no te persuaden y con el colapso se te acabó esa ostentosa calma,
que se hastió de morar en la cuerda floja. Cada porrazo bien mamado es una nueva esperanza.
Sin fuegos artificiales, te ofrecieron gratuitamente y en bandeja de plata la perla de gran precio.
Tu atolondrado y atrofiado espíritu sólo degusta zozobras y camanchacas intoxicadas.
Ese hielo avasallante se apoderó de la capitanía de tu corazón, deshojado por una conducta mulata.

53

El tiempo no existía, existe y no existirá.
Dios no envejece y desestima los cronómetros.
Esta finita dimensión se creó como parte de la agenda del Espíritu con el género humano como meollo.
El espacio, temporal, unitario y demarcado, fue diseñado como el anfiteatro de la Historia.
A Dios no lo atrapan las pulgadas cósmicas.
El universo y la humanidad poseen fecha de orto y de óbito.
El tiempo y el espacio son un dilema de la finitud.

54

¿Por qué traicionas al insigne materialismo?
¿qué fue de tu desbarajuste advertido y prototípico?
¿se fundió tu irreligión de cinco estrellas?
¿loas a rabiar al Unigénito?
¿te desprendiste de los bultos progresistas?
¿usas la Escritura de coraza y sombrero?
¿te afinaron los sesos y las utopías?
¿las anualidades te pusieron miedoso y dubitativo?
¿Y tus rapapolvos desde el racionalismo drástico?
¿Qué haces en una iglesia de rodillas, orando con las manos arriba por todos nosotros con lágrimas redondas, como si algo terrible nos fuera a ocurrir a nosotros, tus antiguos camaradas de ruta, después de dormir bajo tierra, ah?

55

Nos expulsó y nos destierra del paraíso.
Me pone a mí como el centro de mi vida,
me invita a gobernar mi savia con libertad.
No pretende que te niegues a ti mismo.
Disfruta placenteramente de la rebeldía.
Es la estatua perfecta de la debacle.

56

Rechazarás la luz
mas no te esconderás de ella.
La verdad se para frente a ti,
todavía hay tiempo para escapar.
El fugitivo no abraza la serenidad,
la placidez huye de él.

57

Dios mira el corazón, no el cerebro.
El corazón cede, el cerebro es una piedra, un supeditado.
Al suspender una porción del saber
le abro un recinto a la fe, sin traumas.
Acepto las descomunales limitantes de esa diva llamada razón,
deduzco que la complementariedad de la fe
es la única escapatoria del laberinto.

58

Ni con mil mortandades los judíos aceptarán
que el Mesías se llama Jesús de Nazaret.
Ni con las persecuciones de reyes y papas,
ni con las confiscaciones y ghettos,
ni con los exilios ni con nada.
El dolor histórico los ata al mismo punto.
Los siglos no alteran la porfía
y con Malaquías Dios se habría callado por siempre,
hace más de dos milenios.
Que la sangre del Crucificado
caiga sobre nosotros, dijeron, y así aconteció.
No hay padecimiento que los haga recapacitar,
ni el Holocausto ni nada.
El anticristo los deslumbrará, como a muchos.
El judío limpio es un discípulo de Moisés, un elegido.

59

No despojes a Jesús de Nazaret
de su humanidad, de la Historia.
No despojes a Jesús de Nazaret
de su divinidad, de su infinita gloria.
Cristo Jesús habita entre los vecinos,
es el señor y postillón de la Historia.
Nos inunda con su deidad,
con la buena nueva y su sangre preciosa.

60

Los pensamientos son el todo, el alma misma.
La razón de ser es el otro.
Si el trono del yo es derrocado, la cosecha expira.
La humildad te remolca a la cabaña de la luz
y te desanuda de los deleites temporales,
valorando la eternidad.

61

El conocimiento racional es inmaculado,
ha sido canonizado por el despotismo ilustrado.
Nada influenciará sobre él.
Si no se probó como corresponde igual es cierto.
La nueva revelación amoral no decepcionaría.
Demanda reverencia sin solicitarlo.

62

El demonche me entrega una notificación tras otra,
caravanas de miedos, catálogos de amenazas.
Si no estuviese vencido me sentiría en peligro.
El redimido es un acorazado.

63

Si el paganismo asoma su trompa
el convertido a Cristo inicia su primera escaramuza.
La guerra es total y todo vale,
inclusive el ayuno o esas plegarias con dinamita
que remecen los tuétanos del campo adversario, desconsideradamente.

64

Los escépticos están sedientos
y eluden la lámpara con agibílibus.
No alzan sus manos al edén
y se complican con el milagro de la creación.
Si se aparece Gabriel compran otros anteojos.

65

Si no lo puedo saber o conocer no significa que no exista.
Si no lo puedo ver o alcanzar no implica que no posea una vivienda.
Si lo siento sé que vive en mí.
Si otros también lo sienten mora en una comunidad.
Se percibe y no se ve, se alcanza y no se toca.
Una representación puede ser borrosa o discutible,
el fuego interno no.

66

En el lodo estoy solo, sin consejeros ni amigos.
Estoy solitario y me concibo lleno.
Dios va conmigo porque no me desampara.
Aprendí a depender de Él, al fin.

67 paráfrasis

El embarazo no es un cáncer, dar a luz no es una patología.
El aborto no es un problema de salud pública.
Al pabellón entran dos y uno se va al tarro de la basura
y en una parte de la madre ya no hay vegetación.

68

El portal es el motor, hacia allá marchamos.
Esta dimensión es una vela que se apaga.
Ningún pasajero es igual a otro.
Los días de gloria del mal se diluirán
bajo el veredicto irreversible de la eternidad.
El atajo es un mito, una parodia.

69

Tu silencio no posee faltas de ortografía.
Cuando callas el diálogo fluye,
el yo interno se monta en una bicicleta.
Esos comentarios duran más que una maratón.
Con la pausa larga la armonía se pone de pie.

70

El relativista posee convicciones de hierro
y no tolera las variantes del titubeo.
Bajo presión el cenutrio no altera su complexión.
Reventó la moral objetiva de una
y hoy navega en una esquirla.

71

Pónganse de pie.
Sí, señor profesor.
Salgan de la sala.
Sí, señor profesor.
Fórmense todos.
Sí, señor profesor.
Ingresen y siéntense.
Sí, señor profesor.
Guarden silencio.
Sí, señor profesor.
No se olviden de hacer la tarea.
Sí, señor profesor.

72

Concluido este fatigoso trasnoche
percibirás la luminiscencia.
Las plegarias modificarán tus meditaciones.
El Espíritu te llevará de la mano a la redención.

73

Eres la sal, eres la luz, eres oveja.
No te desvaneces, no te encubres.
Tu obra es tu testimonio.
La sal es el símbolo del sabor, del sentido divino.
La luz es un blasón de la gloria de Dios.

74

El joven tenía un millón de dólares.
Si se desprendía de su patrimonio iba a ser perfecto.
Guardaba los mandamientos.
El millón era el dueño del muchacho,
los camellos en miniatura no concurrirán.
El que lo abandonó todo, todo recibirá.
El que renunció a todo por Cristo es su discípulo.
El que rechaza la salvación del alma refuta todo.

75

La muerte es un servidor, un bracero,
un soldado que no desea desanimarte.
Te busca con un mosquetón.
El final de esta ruta es el inicio de la eternidad.
Antes de que te tapen con una sábana, elegirás,
por acción u omisión.
La cruz te espera.

76

Dios es absoluto y todo lo engloba.
Con su poder creó un rectángulo llamado nada.
De la nada creo todo, no de algo preexistente.
Los necios ven a la nada como su amado dios,
un dios que realizó sergas y portentos,
a través de su primogénito llamado generación espontánea.
No hay alabanzas al Gran Arquitecto.
La universidad está atosigada de penitentes y exegetas.
La nada los bendice a todos,
los ilumina por medio de mantras remachados.
El azar es el faquir, tras bambalinas.

77

Dios nunca quiso que yo fuese puntero izquierdo.
Me obsesioné con la vocación del otro.
El cielo me lo advirtió hasta con dibujos animados.
Mi almohada era un erizo.
La terquedad empobrece el ser.
La pelota cuando me ve se eclipsa.

78

El paseo del alma
comienza en el momento de la concepción
y se acaba con el juicio final, dando elucidaciones.
El cielo no es un hogar de huéspedes.
El color de la fachada dependerá del fallo.
La cruz es el justificativo.
Hay dos vecindarios.

79

Primer paso, mujeres desnudas con llaneza.
Segundo paso, fornicaciones por sacos.
Tercero, lesbianismo masificado y avalado.
Cuarto, orgías bisexuales matutinas con público.
Quinto, sadismo con clases de adiestramiento.
Sexto, coitos con animales y cadáveres.
Séptimo, esclavitud sexual y pedofilia desatada y otros.
Por acción u omisión esta es la glamorosa ética sexual humanista, con su “dejar ser” “dejar vivir”.
Idolatren la amoralidad, orgullo de nuestra lucha.
Purpurados que se traicionan y conspiran para enterrar la virginidad con una pala mecánica y la escrupulosidad con la rabia amontonada.
Se mofarán del nuevo pacto de Jesús de Nazaret en la letrina sólo hasta que el humarazo sea su living.
¿Cuál es el impronunciable décimo quinto paso?
Ya no hay disyuntivas, sólo un tobogán engrasado en donde no sirven para nada la sabihondez, el libre albedrío, el tacto, la sindéresis, las buenas vibraciones, la intuición, la predicación de Juan el Bautista.




ANTOLOGÍA DE POEMARIOS
http://antologiadepoemarios.blogspot.com



De la antología “Las sotanas de Satán”
http://lassotanasdesatan.blogspot.com


JAIME FARIÑA MORALES
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MELANCOLÍA EMPODERADA - POEMARIO 2023.. JUNIO 2023

       1

Estoy a punto de expirar y mi cabeza es un martillo,
las alarmas no se apagan,
la serenidad es un indocumentado reticente.
Las trastadas me congratulan emperifolladas,
limpiar mis cuadernos es una tarea titánica.
Con la muerte no falleces,
la mancha en el otro lado es un lío.
La tumba es un callejón oscuro.
¿Preparo un discurso sensiblero?
Soslayar la manumisión fue un lanzazo en las zarpas.

2

No es el mobiliario adecuado
en la decoración de la lluvia de belicosos granizos
que caen en esa pampa abandonada
y que hoy es el clon de tu arrobamiento
untado con hielos paranoicos.
Tu dubitativa coraza no afinará esa ojeada azul
que sacia rencores con arrugas y chafarotes,
sitiando esa espiral con yerros concatenados y esplendidos.
El campanazo postrero ausculta una inanición
con ese gustillo a primavera refrescante y sempiterna.

3

Todas las nostalgias enlazadas y azadonadas
se reúnen esta tarde en mi sofá de zopisa.
Bajan desde los rincones, neveros y los terrados,
de a una y en filas, con faros, estruendos, enaguas,
descompaces y otros inquilinos no configurados.
Los vagones que partieron no poseen marcha atrás.
En medio del jolgorio ajeno con risas retumbantes
la evocación se va a enfiestar, en mi sofá.

4

Los pentamestres huyen de a uno en un poni
y no tallecerá la prebenda que los reintegre.
Esporádicamente,
comparten un budín sucinto
sobre una fotografía rancia.

5

Mi voz no se escucha en el tumulto.
Mi término la solicita, la repara.
Ningún vocablo aterriza en el meollo del otro.
Mi lengua es agua turbia, agobiante.
Cuando callo me escucho, me avergüenzo.
En la elipsis soy más.

6

Caminar por los pasajes del barrio de mi juventud y alimentarme de la añoranza.
Las bancas roídas como yo, la vieja casa con otros moradores.
Me detengo en el pasaje después de treinta años y sólo me reconoce a medias el palo de poste.
En medio de la plaza rediseñábamos el planeta, hacíamos cambios enjabonadores en el gabinete del gobierno, canonizábamos el concilio ecuménico de Woodstock, le dábamos de comer algo al perro piojento, elegíamos un posgrado en el extranjero, suplicábamos por una cerveza de precio diminuto.
Nos reíamos de los maceteros feos, de los decorados, de la tos, de las arrugas y de las delimitaciones humanas.
Íbamos a ser un ponedero de proezas y distintivos.
Éramos la nueva generación que vería sin espasmos a las nuevas decadencias portando sus revelaciones.
Circular por las calles de ese barrio es hundirse en una película de bajo presupuesto que se fue, junto con su reparto, a su certeneja sempiterna.

7

Estiré mi mano, ninguno se enteró.
Mil bocas imploran, ninguna oreja escucha.
Fallecí hace seis meses, a nadie le importó.
Si muriera siete veces más, lo mismo sucedería.

8

Desde acá afuera no se ve nada,
adentro, tampoco hay senderos señalizados.
Soy irrelevante y lo que hago es reumático.
¿Quién me suministra de un proyecto vital?
Nada de lo que plasmé es apoteótico.
Al no ser yo lo mismo, ¿soy otro?
¿Por qué recurro con fibras al microcosmos de los por qué?
Mis botas no se aparcan en ningún porotazo
y la modorra tapiza el césped empampirolado
y los albores me son un alfiler en el costillar.
Voy a cualquier lado antojadizamente y vuelvo rápido,
con el salvabarros triturado.
¿Cuál es mi canoa, mi libelo?
Me llamo a mi celular y no sé que aseverar.

9

El tumulto pasa y no me avista,
el cernidillo se desata y no me humecta,
Minerva me desahució en el aperitivo,
los caninos no olfatearán mis roñosas vestiduras,
las moscas no reanudan ninguna ronda,
mi comparecencia no modifica el vacío,
la romana continúa tiesa con mi sobrepeso,
en medio de la calle nadie me atropella,
dentro de la jaula el león no me picotea,
galopo y no avanzo un decímetro,
al dormirme no cierro los ojos.
Ni siquiera soy el recuerdo en un retrato.

10

El espejo me habla golpeado,
mi alma se tapa sus oídos,
mis ojos no anhelan advertir lo que se viene.
Me pongo la misma vestidura.
Sigo por el mismo sendero buriel, sin pausas.

11

En el camposanto no hay mendicantes,
sólo hay historias cerradas,
sentencias irreversibles,
el inicio de la infinitud,
la vendimia de cada cual.

12

En el cafetucho espero inanimado el siguiente minuto,
que pase el siguiente peatón enfoscado,
que caigan las hojas desterradas con naturalidad.
El astro rey mimado continúa arriba,
el policía reitera su trazado con el mismo temple,
el desempleo estancado por la labia no es noticia,
la veterana revista no se mueve del kiosco.
El café se enfría y la garzona no se despeina,
las pechugueras y los menuceles no varían su color,
el alma se escarcha en el suspiro.

13

La rabia viene aguijoneada y lijada
deponiéndole los dinteles a la circunspección
y a su archicofradía que todo lo reglamenta.
Remitiéndome al socavón desmirriado y bruno
me infringe mamporros y tajos
como si fueran las gotas de agua de una regadera.
Ya apostada, la ira corroe todo el pradal.

14

Los tediosos noctívagos beben caracolillo negro,
cervezas y usanzas por barriles.
Las bravatas con libreto y plantillas no le dan sapidez al letargo claveteado
y la plomiza boite es una cueva de vampiros liados.
A pesar de las ínfulas de las gruesas cortinas el fastidio iterativo
e interactivo se trasluce con resplandor
y las sillas con dueño aguardan a los mismos.
Nadie es hosco con el vodevil reincidente que agasaja la velada
con números que amenizarían el embotamiento y la acinesia inoxidables.
Los inacabados bocetos personales sirven de cuchumbo
con el que embuchan candiotas de vocablos gastados
por el inexorable crono de los repertorios raídos.
El humazo postrado es la escenografía del piano decrépito
que interpreta melodías mustias con o sin pianista.
El espectáculo no es la envidia de la contrainteligencia.

15

En el sumidero de la incertidumbre y la desventura, la tristeza se ve mucho más abultada y enlutada.
Las rememoraciones marcan con hierro candente el sombrío presente.
El devenir, en vilo, es vacuo.
El desnivelado vuelo dentro del hoyo es rasante.
El tango es tu himno patrio y en el mediodía prendes velas.
Compungido y con manos con pensamientos recusables.
La respiración es el latido de tu desdicha firme.
No comprendes lo que algunos dicen superar.
Las terapias terrestres son inofensivas y el Padre no anhela que duermas en el patio trasero de la casa de la mascota.
La caravana de las frustraciones carcomen los residuos de tu paz de paja molida incinerada.
Eres un deprimido oprimido que no hilvanará ni contrarrestará las semillas de la barahúnda.
El can te cala y siente lástima por ti.
No eches un vistazo hacia atrás, hacia abajo o hacia el lado.
Sólo debes mirar hacia arriba y hacia adentro.
Si no despegas tus pupilas de la santa cruz
las nebulosas desfilarán con su batuta al acantilado y a la ansiedad la arrollarán los élitros de la salvación.
Túneles y pasadizos angostos afloran y se disipan.
Calaveras espeluznantes te estrangulan y tu lepra maquina odiosidades
que avivan con bravura ese descanso amotinado por la crisis melodramática.
Los juicios científicos no tarifan las transfiguraciones.
Son incapaces de rentar un albergue colindante con la Paz
y jugar por diez minutos a ser felices,
curioseando al pormenor las losetas del pesebre.
Te desmoronas, y un sol mofletudo te saluda.

16

Cada uno divisó un fantasma y lo colorizó en forma sin igual.
Se aparecen con el paso de la novia
y bailan pericote en el confiable aire pardo.
Unos son presentados como luminarias,
otros, son la morralla de la barra.
Cada uno ensalza su vista estelar
y pasea a sus espectros, con donaire.

17

El zumbido de la esencia lo advierte,
el insomnio lo corrobora,
el vaso de ron es el reflejo,
las lágrimas son mis celadores,
el barranco es mi puerto de destino.

18

El mundo no me puso en mi sitio,
no conllevaré semejante obcecación.
Estoy descolocado, fuera de la pecera.
No le daré otra chance a la sociedad.
Cuando me vaya, no me despediré de nadie.

19

Yo creía, ya no.
Mi panorama era y es el talud.
El escepticismo es mi oráculo,
que me arroja caramelos desde el pretil.
En el pánico mi incredulidad pestañea,
y luego se recompone con disimulo.

20

Me vuelvo a sentar
con mis compinches usuales.
El charloteo redundado no es ameno y todos me consuelan,
alrededor de este mesón,
de una silla.

21

Algo quiero expresar, y no sé que es.
Sobre ese algo escribiré, y no sé como.
Algo apetezco no oír, sé que es.
Babeo por fugarme de lo escrito sobre ese algo,
a veces no sé como.

22

Me siento en la berma,
no me atrevo a cruzar la calle.
No logro levantar mis estacas,
la tienda se añeja,
mi trasero no se mueve.

23

Las malas noticias llegaron todas juntas,
tomadas de la mano,
fortaleciéndose entre sí,
dándose ánimo unas con otras,
formando líneas de artillería pesada indomables.
Las cureñas se regocijan.
Soy el perímetro de las operaciones.

24

En la tienda de la esquina comprábamos de todo.
Cien gramos de queso, pan, bebidas, tocino.
A mi madre le aprobaban créditos cortos sin trámites.
Don Pocho conocía el apellido de los clientes,
las historias familiares y los deslices enredosos.
Era un protagonista más de la vida del barrio.
Con una sonrisa te vendía diez minutos antes del año nuevo.
Los productos llegaban al mesón, no buscabas nada.
Con el cierre del almacén se fue una parte de mi niñez.
A la cajera del supermercado no le interesa mi biografía.

25

Rígido y melancólico en la otomana,
con la biblioteca nacional entre tus brazos,
tratas de persuadir con ruegos aguzados
a tu alma tronzada y desnaturalizada que vana es la redención.
El ulular interior no ablanda tu arrogancia consumada e ideologizada
por la orfandad enmascarada de tu espíritu.
Tus vetustos escrutinios son un goterón que te empalan sin peroratas.

26

Con la resignación consiento que se acabó,
que la ampolleta del techo es el confín,
que las ventanas son los únicos angelones.
La lánguida situación es así e inmodificable.
El mortal es el que se rinde, el deuteragonista,
el que se cae de nariz, el desgranzado,
el que cree que volará porque unos pocos vuelan.
La esperanza juega en contra, con bríos.
Hay tres mil pilotos y ocho aviones en la pista,
seguramente unos cuantos se elevarán con éxito.
De tanto cachetear a la resignación
algunos sobreviven un poco más.

27

Trasgos y súcubos pernoctan en mí,
mas no todos a la misma vez, generalmente.
Cuando no es uno el que fastidia es otro, o las turbas férreas.
Son los murallones mismos de la morada.
Expulsarlos es una tarea de titanes.
Todos juntos, te corrompen entero.
Ninguno de ellos se ejercita en la piedad.

28

Una lágrima con sabor a fe
emprende su vuelo por pirámides hundidas,
procurando desbaratar el agobio con los enquiridiones de la victoria.
La congoja se sobrepuso al seísmo,
saliendo robustecida, como es lo consuetudinario.
La apaleen o no es irremecible y billones la usan de lazarillo.

29

Camino al suicidio sin sucumbir jamás,
la existencia misma es el mal y el largo envejecimiento la solfa.
El reto consiste en resucitar la fe.
El alma parida no fallece jamás, el alma redimida no fallece jamás.
Hay un luminoso puente hacia la inmortalidad
y no está tan lejos como para no comenzar a marchar.

30

Me analizó entero.
Hallo mazmorras que ni imaginaba.
Consumí pastillas y terapias todocampistas.
Hay cosas que las veo disparejas.
Nada cambió en el fondo de mí.
La estafa fue azucarada.

31

Estuve a menos de un silbo de no estrellarme,
de no deslizarme por el barranco irremediable.
No aguanté el postrer respiro en mi salseruela,
el último latigazo y marqueo del test.
Tropecé en el antejardín de la gloria,
en donde las muchedumbres se apelotonan
detrás del personudo tango Uno.
Olí el cejijunto umbral, imaginándome debajo de un laurel,
a boca de jarro de un reportero chafardero,
en la tapa de una revista, en algún guiness.
Casi no fracaso.

32

Cuando la muerte se aburre, nos visita sin llamar.
Somos sus mimados, es que conoce bien este lugar.
Todos somos buenos candidatos, no es necesario gritar ni chillar.
Todos los días un desarrapado se nos va.
Marchamos amorrados al mismo lugar.
Nos dan un número azabachado, a todos nos van a citar.
Si huyo de esta existencia detractada,
otro calabacín ocupará mi lugar.

33

¿Y dónde está mi cenotafio? ¿el túmulo de la guinda de la torta?
¿Cuándo el orfeón de los carabineros interpretará a Glen Miller alrededor de mis huesos oxidados?
¿Por qué el viento pasa de largo, campante?
El cementerio no me condecora ni en mi natalicio.
¿Fui un tris irrelevante? ¿un paso en falso?
¿una pifia del destino?¿un Ferrari sin ruedas?
¿Quiénes irán uniformados a verme?
Al segundo después de fallecer sabré si hice mal.
¿Va a ser mi sepulcro ese comentado buen peldaño?
Otros ven en su sepelio tres días de carnestolendas.

34

Me voy.
Me escapo y me voy.
Las maletas las apegué bajo el dintel.
No lo resistí.
Me la ganó, me arrolló.
Disculpen la estadía.
Como fiambre fastidiaré menos.
Aflojé.

Toda humillación es restaurable, todo pasa.
Todo en esta andadura se supera, lo mío no.
¿Para qué un alargue?
Una malhadada bala es mi trampolín
a una oscuridad más intensa e inacabable.

Me estoy bajando.
El pie de partida de esta fuga quedó atrás,
en el sanguinolento sillón.
Todo decae con las llamaradas.
¿Cómo vuelvo a mí?

35

La banca de la plaza se deteriora con los decenios,
y no por los acontecimientos terrosos o grasientos.
Espectadora rigurosa de los cachondeos, intrigas,
zanganeos, fumadores, cavilaciones y disyunciones.
Es una residente arrinconada, el pelo del rabo de un ratón,
una atalaya ermitaño y estoico.
El ventarrón helado no la corre un centímetro.
La que me vio gatear perdurará.

36

Terminé siendo un solitario, ya no interactúo con los otros.
Los veo caminar y reír, ellos no me divisan.
Soy una estantigua sobre dos pies.
Cuando deshabite el barco nadie se enterará.

37

No volveré a suicidarme otra vez,
ya no seré la estrella de cine de las criptas.
No escucharé los sollozos de buena crianza
y a ese misoneísmo, desde mi ataúd inquiridor.
La ambulancia ya no me trasladará a la morgue,
los policías no telefonearán a mis familiares,
nadie más reconocerá mi rostro seccionado.
El periódico no colocará mi nombre en el más allá.
Guardaré la pistola y defenestraré las municiones,
acribillaré esa crisis mortal explosiva,
finiquitaré al demonio como asesor sicológico,
rehabilitaré mi hígado del alcohol.
Daré la media vuelta o avanzaré hacia atrás,
taparé los hoyos negros que me albergaron.
Con los escombros e ingenio armaré una nueva residencia,
recomponiéndome, volviendo a nacer, resurgiendo.

38

El nicho es mi mayor expectativa,
la pincelada última.
La bola ya no rebotará más.
En el cajón me vestiré bien,
con un retoque estiloso y morigerado.
Las lombrices se lucirán, con un buen vino tinto.
No rascaré la tierra intentando volver.
La calma que buscaba resultó ser su antípoda.

39

El ángel de la muerte no nos avisó,
chocó su automóvil y partió.
Mi hijo transita por los pasillos de la casa,
su lacerada madre lo ve entrar, araña su voz.
Sus veinticinco años los vivió intensamente,
nunca disminuyó la velocidad.
El disco pare no era una señal determinante.

40

Me comprendí a mí mismo y sollocé un siglo.
Desde mí, en mí, una reparación es imposible.
Conocerse es palpar la impotencia, la iniquidad.
Ser uno mismo es una tragedia.
La quietud efímera es un señuelo inquietante.
No me admitiré jamás en este estado ceniciento.
No soy lo que creo que soy, tan persuadido.
En los días terribles soy un energúmeno laureado.
Pasan los bienios y mi perspectiva se ennegrece sin intervalos.
Una semilla de mostaza bien plantada se agiganta.
En la sensatez llevo flores amargas a mi enterramiento.

41

Las orejas me pesan,
a la regadera hay dos leguas aupadas,
las sábanas son de un plomo dulzarrón,
la almohada es parte de mi mejilla
y la campanilla me incita a la ira.
Acecharé las mismas trancas con más telas de araña
y las mismas caras con ojos tapados
que circulan por los mismos pasillos,
comprometiéndome insubsistentemente a no bufar.
La corbata neotérica que ayer adquirí,
de la idéntica marca y color,
escandallará la nota alta que ni yo notaré.

42

En mi itinerario por los bares
voy borrando la superficie de viejos manchones
que brotan con los catecúmenos de la morriña.
Con un trago más rememoro hasta los trallazos de mi lactancia,
el bodegón de mis insolvencias chillonas,
lo insignificante que soy.

43

Si miro la ventana desde afuera
el mundo es finito, porco, malgeniado.
La margarita jura que la florería es una galera.
La celda le comunica al canario lo que es una sociedad de castas.
El refrigerador es estimado porque no polemiza.
El televisor es el anzuelo de nuestra voluntad.
La chimenea calienta lo que se ve del ser.
Los álbumes imprimen el deterioro de los decenios.
En la ducha mi espíritu se serena por quince segundos.

44

Cada vez que me fugo de la turbación esta me alcanza con sus tentáculos impetuosos y biliosos y sus replicatos.
Mis certezas son un pigmeo ofuscado y me asusto antes de la partida y el cambio de plató me complica más.
La confederación de aparecidos perspicaces son las cuatro murallas y el techo de mi embalaje,
y soy el bongosero ilustre de los descalabros.
No correré otra vez para no tropezarme y los saetazos me engoman al suelo infecundo.
Los síntomas me paralizan y me postean y al más mínimo empujón me derrumbo,
ya que la última pateadura de la ringlera no fue imaginaria ni concisa ni complaciente.
El miedo toma el mando de mí y me remolca por callejones escorchados con teomanías,
aderezándome para el próximo culebrón brioso.
A la fe que vive en mí le da vergüenza gritar por el altoparlante su optimismo de hollín.

45

En sus esquinas se paran los jóvenes planificadores. Son improvisadas canchas de tenis, de fútbol y las tablas naturales del encuentro artístico. La raya del medio divide la emoción y los bandos. Los pobres se habituaron a acomodarse, en las calles y callejones de la barriada.
Son el escenario de los cantantes populares, el punto de predicación de los evangelizadores, el centro de los comentarios actualizados. Se aceptan todo tipo de proclamaciones y empanadas, en las calles y callejones de la barriada.
Descansan plácidos los vagabundos y los perros, en la noche fabrican ovejas negras y hot-dogs. Han visto tiesos en el suelo a muchos macanudos, son la columna vertebral de los eventos y las frustraciones, y han galardonado a campeones de rocanrol y de salsa, las calles y callejones de la barriada.
Son de tierra, de alquitrán, de gravilla o de cemento con y sin señales de tránsito. Por cariño y respeto no se desprecia ninguna. Ven crecer a los niños y engordar a las señoras, las calles y callejones de la barriada.
Algunos futbolistas usan zapatillas de oferta, otros usan los mocasines que el Creador les regaló. Los partidos sin árbitro son palpitantes y reñidos. Han parido tantos romances y jaleos de faldas, las calles y callejones de la barriada.
Cuando el alcalde inaugura una plaza moderna o un gimnasio techado, se ponen celosas. Muchas envejecen con talegos de desánimo. Los infortunados le rinden un espontáneo homenaje a las calles y callejones de la barriada.

46

Sentado en mi silla oía al paciente profesor.
Realizaba el mismo número todos los años.
Ambos respetábamos el libreto, la trama.
Efemérides imborrables. Creo que algo aprendí.
En el recreo la silla descansaba de mí, jubilosa.

47

No habría salvación del alma, por eso estoy empantanado.
El sepulturero guarda de a uno a sus caseros
de cara larga y nadie se apresura por acompañarlos
a sus cabañuelas carmesíes y estrenuas.
Mi discurrencia levantó un paredón
alejado del inri y mi fuero interno clama por un trabuquete.
Y habiendo rescate, yo me hospedo en este chamizo pocho,
por las mías, condecorando a los cuervos relumbrantes.

48

No me fío de la nada, entonces, la verdad que es inubicable y que peregrina infatigablemente fuera de mí, se revela, no capturando nada aquel que no bojea y no se achispa fuera de la razón.
Las quimeras encandilan y destruyen, erigiendo dogmas portentosos que los siglos aniquilan cíclicamente, por un orden de aterrizajes forzosos, junto a sus insignes e incendiarias escarapelas.
El hombre como centro es grasa y conchoprimo patizambo,
el capricho cincela divinidades que congenien,
el olfato y los otros sentidos me timan,
mi mente se forma ideas vagas con solemnidad
y al mundo lo retrato mal en todas mis telas, enmohecidas.

49

Otra vez descendí a la torrentera,
los muebles y utensilios se desperdigan por el piso,
el estremecimiento nada dejó en su sitio,
las farolas se apartan de mí,
nadie me recoge.

50

Años antes de bajar al féretro ya estaba demacrado.
Mi espíritu nunca resucitó.
Fui un ser errante, sin destino ni gloria,
en donde mi vanidad tomó esas decisiones
que me trajeron a este tribunal
en calidad de malhechor rematado.

51

A cualquiera le pasa, en un día y hora insospechados,
sin intolerancias ni desvaríos.
De todo sucede, todo acontece.
Y si soy parte de un reparto en la desventura que comparecerá,
no culparé a ese ángel de la guarda
que ya ni me habla.

52

En la base de esta cacimba
se me traspapelaron todas las dilucidaciones.
Una prótesis me mantiene con aire.
Lo escarbé todo y me caí igual.
Prendiendo velas blancas y masticando salmos con sumisión,
me apagué por todos lados.
Por confiar me estanqué aquí y así.
Mi esperanza estaba en esa azotea luminosa
y mis pies los clavasteis en el lodo.
Dios te machaca con amor
porque es muy necesario.

53

La imagen enmarcada cerca de mi cama me canta,
me relata su día.
Abro los ojos y continúa riéndose.
Ahí no envejece ni se desanima.
Oigo su voz en la casa, sus pasos y ruidos en la reja.
Desde el retrato pretende envolverme, tranquilizarme,
contarme que engorda bien.
Yo, me propongo ingresar ahí
y cocinarle esa pizza que tanto le gustaba.

54

Cuando era joven
caminaba solo por las calles,
yendo a ningún lugar.
Soy un adulto con esposa e hijos
y transito por las calles,
yendo a cualquier lugar.

55

El interior es un hotel de piezas oscuras.
El fanal se pasea por los pasillos.
Las puertas se abren por dentro.
De la lugubridad se desprende la trama.
Ver pasar la paloma por la ventana no es suficiente.

56

Doblé la esquina
y me tropecé de frente con mi vida
y me puse a gemir y apetecí huir, mas no lo logré.
Me venía a buscar sin piedad.
Me fue irrealizable divorciarme de mi lapso.
Siempre lo es.

57

Los remordimientos se presentan en mi mesa
y no los desdibujo.
Son tantos como las canas y no logro ordenarlos.
Me recriminan y yo los tapo,
con el mantel.

58

Siendo niño traveseaba en la higuera del estacionamiento casi todas las tardes libres. Nos colgábamos, la maltratábamos un poco, era un obelisco y bebíamos jugo en ella. Entre tanto edificio desteñido este árbol era un embajador de la floresta. Siempre animosa, nunca cobró. Un día cualquiera vi como una sierra eléctrica municipal la mató de raíz, con un sumario anómalo. Por mientras la llevaban al basurero en el camión iba por la avenida arrojando historietas, juegos de niños y escenas románticas que se diluyeron en la mesósfera. La higuera pereció empinada, con desazón, con los encargos cumplidos, sin un adiós y con un pañuelo en alto que hamaqueaba.

59

Encontrarse con un amigo de la secundaria y retroceder treinta años en un segundo.
Rememorar el festival y las risas y esa ilusión de que triunfaríamos en la adultez.
Nuestro desafío era aprendernos bien el paso de baile, besar a la inconquistable.
Especulábamos que éramos bacanes, imperecederos.
Nuestro liceo fiscal era un nido de estrellas.
Recapitular los diecisiete años es ponerse tristón.
Treinta años después y con esta barriga, ya no canto, no bailo y soy un mediocre ejemplar.
Con honrosas excepciones, las estrellas están en el cielo.

60

¿Prefiero ser un occiso complacido conmigo mismo,
que un vivo con remordimientos de alto calibre?
¿Prefiero ser un viviente complaciente conmigo mismo,
que un occiso con remordimientos de alto calibre?

61

Me despertaré abrumado en la mañana
y no recomenzaré un pugilato ontológico con mi siquis.
Nuevamente no cederé a la tentación de pensar en Ti
una tarde plena y proseguiré con mi vida,
que por ser mía no hay ventura y aquí estoy,
con el corazón machucado y azarado,
y fumando como un ecologista versátil.

62

Hoy soy un otoño más viejo y los amables cuervos me hacen una ronda ensayada,
cantándome el happy birthday con un dudoso entusiasmo.
Aguardan mi minuto concluyente sin paciencia china.
Mi capital y bártulos ya se repartieron
y el gato cree que lo despiezarán con equidad.
Cada achaque fibroso mío es una pena que les alegra la quincena.
Cuando toso sonoramente, agudizan la olfacción y los porcentajes.
En dos o tres tortas más, comenzarán los silletazos
entre mis lisonjeados retoños.

63

Las hojas caen, el tronco continúa firme.
Las próximas floraciones traerán nuevos folios
y nadie conmemorará a esas veneradas hojuelas que cayeron,
con tantos cacharrazos y abatimientos.
Nuevas simientes acarrearán otros bosques,
otros árboles, otros hijuelos, otros onirismos.
El viento barrerá las brácteas y la hojarasca
y con los florecimientos surgirán otros espejismos,
rutilantes, acomedidos y carianchos.

64

La existencia misma es una demencia,
un dolor de cabeza que sobrepasa cualquier racionalidad.
No se explica desde sí, desde aquí.
La vida es la esencia y esta es un retoño de la divinidad,
que nos carcome.
La ansiedad se cura con una esencia encendida
y en la cual la razón va de cantor de antifonarios y nada más.
La subsistencia supera infinitamente el pensamiento cumbre.

65

Con mi número electrónico en la mano
espero a que un cajero me llame.
El tic tac no cede y es despectivo con todos.
Me aproximaré a la ventanilla cuando llegue mi minuto, nunca antes.
Mover el pie por la desazón
o presionar al reloj para que se apure, no es ventajoso.
Claudicar no es una opción.

66

Comen lentamente y beben bastante café.
En todos ellos este velorio es un trámite obligado.
El recuerdo de mi persona durará esta semana.
Yo, recostado en mi ajustado cajón los escucho
hablar de fútbol y de las deudas de la empresa.
El funeral del atorrante es lo más breve posible.
El párroco repite soñoliento la misma peroración
con la misma sensiblería, controlada y pautada.
Sin solicitarlo, aterricé en mi ataúd en un tris.
Lo más fome es la solemne caminata al cementerio.
Una vez enterrado todos reposarán encarnizadamente.

67

El sentido del dolor,
la orla de la verdad,
el descanso del ser,
la trascendencia de la libertad,
la purificación de la persona,
la razón última del ser interno.

68

Rehúyo con un tejemaneje manido
de los gemidos salvíficos del mutismo
y por eso estoy aquí otra vez sentado solo, de etiqueta,
debajo de una mesa redonda hostil,
con un mantel coralino largo,
hasta el piso.

69

El féretro está abierto.
Faltan los últimos retoques.
El portal me toma las medidas.
El alma es una hemeroteca que archiva todo.
Un empujoncito más y me instalo en el otro lado.

70

Qué jeremiadas articularé en ese último minuto
en el que me despido de mi hechura.
Qué observancia me obsequia más con tan poco
o nada en el canasto, en el banquillo póstumo.
Qué rito me liberará de ese lazo que quema
a los que quedan en calidad de impíos.
¿Salvará la sangre preciosa a los que punzaron el evangelio
abandonándolo debajo de la acera adiposa?
¿Desheredaré el infierno con mi pecado predilecto
concertando carnavales en mí y en la rambla?
Por qué nos urgimos con los aparejos de lo cultivado
cuando el enterrador nos ve como un cliente inminente.
Por qué mi ego, convicciones y mis rascacielos sobre la arena,
no me traen ningún tipo de sosiego o baño turco.
Por qué con cada pelo blanco, ese termo llamado gnosis
arde excesivamente cuando estoy astillado.
Por qué no me río del concepto arrepentimiento
con tanto gusto y desembarazo, como esos mozalbillos.
Qué sucedería con mi reputación si adoro a Jesucristo
saltando ufano con una caracola en el limo.
Cuán criminal es acordarse de la cruz en la ancianidad.
Por qué raspo el cielo purísimo con menos irrespeto.
El príncipe de las tinieblas es un humanista obcecado.
El varón veranea relajado cuando idolatra al Nazareno.

71

La eternidad,
que es un componente de mi inventario,
la guardo en mi baúl,
con cerrojos y nombres,
con una profecía de atalayero,
que duerme la siesta
por ahora.




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De la antología “Las sotanas de Satán”
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