1
Dichoso el que se apartó del mal
consejo,
el que disfruta de la Palabra como un
niño.
Terminará bien toda obra que emprenda
y las ramas de su árbol no se caerán.
Los maléficos caerán al primer viento
fuerte,
en el juicio final serán fantasmas
sofocados.
El Señor sabe que carretera tomó cada
uno,
la senda malvada es extensa y finita.
2
Los faraones de la tierra intentarán
conspirar,
el régimen mesiánico se practicará a
cabalidad.
Los redimidos se reirán de todos, uno
por uno.
El poderoso suplicará por una gota de
agua.
La santa iglesia que peregrina es su
cuerpo.
Pisoteará a los opositores en su hora.
Póstrate con los ojos en el suelo ante
el Padre.
Adoraremos al Hijo de Dios por los
siglos.
3
Al cristiano le llueven los
antagonistas
y no son pocos los que pretenden
lacerarlo.
El arma de guerra es la plegaria en el
espíritu,
duermo a pies sueltos bajo su paraguas.
Me rodean con el propósito de
perforarme,
planifican mi herida con el dedo en el
gatillo,
ninguno se ellos izará su bandera.
Es Dios quien reparte los ganchos de
izquierda.
4
Dios Padre nunca ha padecido de
sordera,
me dio oxígeno cuando pernoctaba en la
mazmorra.
Ninguna satisfacción reside en lo que
es terrenal.
Medita el evangelio puro en silencio,
en la cama.
La vanidad es la cicuta perfecta para
el alma.
Ofrécele a Dios el deseo sincero de
santificarte.
La alegría plena se alcanza con la media
vuelta.
Mis plácidos ronquidos son una loa tras
otra.
5
Con el primer rayo del sol invoco tu
compasivo nombre,
te ruego que atiendas mis vocablos, con
fe.
Cada iniquidad percibirá una sanción
específica.
El engañador lamentará a mares sus
embustes y tretas.
Entro a la casa del Padre como un
familiar más
y le suplico que me encadene a los
textos sagrados.
El salvado saltará de contento por toda
la eternidad
y los favores son tantos que me
estremezco.
6
Merezco una pateadura y me das ternura,
Tú eres quien resucitará mi alma, mi
ser.
Sáname de esta enfermedad en la que no
soy inocente.
Estoy cansado de pedirte perdón por mi
pecado.
Ya no soporto tanta hostilidad sobre
mí.
La mano de su misericordia cae sobre mí
y los que me fastidian emprenderán la
retirada,
confundidos entre sí, totalmente
descolocados.
7
Señor, líbrame de los que anhelan
despedazarme.
He procedido correctamente, según tu
ley,
y si no es así que me pisoteen entero.
Que mi probidad sea ensalzada en la
persecución.
Dios es un amparo personal en el recto
de corazón.
De los arrepentidos es el reino de los
cielos.
La ira santa golpea al que insiste en
la infamia.
Cava su propia fosa el transgresor
pertinaz.
8
¿Qué es el ser humano sin la presencia
divina?
Por tu amor, lo galardonaste inmerecidamente.
Cogobierna lo que hiciste y lo pusiste
en la tierra.
Es el beneficiario y copartícipe de la
gloria del Padre.
Los niños corean con halagos a su santo
nombre.
Neutralizas al vengativo, al sublevado,
al indómito.
Todos los hombres son iguales delante
de la cruz.
El firmamento y la revelación
engrandecen a Dios.
9
Mis adversarios fueron derrotados
plenamente
y absolutamente nadie se acuerda de
ellos.
Al ateo, infame o cruel, siempre los
abatirá.
Él es el albergue del oprimido, del
angustiado.
El que pone sus ojos en el Mesías no es
defraudado.
Escúdame de los que me aborrecen con
inusitada saña.
Los que se olvidan o postergan a Dios
se quemarán.
Al quebrantado restaurará y al pobre
enriquecerá.
10
El hombre vil no pondera sus
pensamientos.
Maltrata al desposeído con desparpajo y
sorna.
Presuntuosamente satisface los deseos
de su alma
y el juicio de Dios sería una fábula de
individuos aburridos.
El malvado asegura que ningún azote le
alcanzará.
Con su astucia humilla o mata a los
honestos.
Él contusionará duramente el brazo del
canalla.
La violencia es ancha, sus oídos son la
absolución.
11
Confío ciegamente en la coraza de Dios
Padre,
los tenebrosos preparan su artillería e
iracundia
en contra de los que proceden cabalmente.
Este es un mundo sin ley y el
justificado clama.
Desde la cima del cielo Dios los cata a
todos
y sabrá claramente quien es quien en la
hora cero.
A los redimidos los prueba y los enjabona
y el fuego y el azufre son el destino
del despectivo.
12
La faraona del tiempo final será la
mentira,
y los que se subordinen al evangelio
serán pocos.
Tus vocablos te pudrirán o te salvarán.
La Palabra rescatará a la manada
pequeña.
la lengua del arrogante es una siembra
horripilante,
los seudoprofetas se apoderarán de la
pantalla.
La pureza del nuevo pacto irrita al
lujurioso.
La fiesta de las tinieblas ostenta una fecha
de término.
13
Dios no se olvida del cristiano, lo
moldea,
y da la impresión que por un tiempo se
esconde.
Y no pone cargas que no se puedan
soportar
y le autoriza alguna victorias
temporales al rufián.
Antes de empezar a pelear cualquier
batalla recia
el redimido ya la ganó de antemano, por
la fe.
Todo triunfo trascendente pasa por el
Gólgota.
Le canto también a Jesús por las
maravillas del edén.
14
El consagrado a la necedad niega la
existencia de Dios,
la sangre preciosa que emana desde la
santa cruz.
Se corrompe hasta el punto de rechazar
la moral objetiva
y pelea como un loco en contra de todo
rayo de santidad.
El planeta se va a enmugrecer de punta a
cabo.
En el minuto señalado el Nazareno
secuestrará
a un pueblo que le esperó atado a la
resurrección.
Bienaventurado el que marcha con hambre
del Dios vivo.
15
¿Quién resistirá la santa mirada del
Señor?
¿quiénes se sentarán en el sofá cama
del Padre?
Los íntegros, los que se bañaron en la
verdad,
los que disfrutan de los mandatos de la
nueva alianza.
El que no lesiona a sus hermanos en la
fe,
el que no fastidia a los vecinos y
ciudadanos,
el que no abusa del otro, el que
desprecia la ignominia,
jamás caerá en un hoyo profundo o en
los titubeos duros.
16
Es imposible una buena noticia fuera de
la Palabra,
un ángel armado y celoso es mi
guardaespaldas.
El paganismo y los vicios ya no me
complacen.
No le prenderé velas a ningún ídolo
hermoseado.
Soy un heredero de las propiedades de
la Trinidad.
El texto sagrado es mi consejero y
esperanza.
Me librará del mal, de ese azote sin un
propósito.
Me mostrarás en tres dimensiones el
sendero beatífico.
17
Por favor, escucha la oración de esta
lengua sincera.
Acataré tus fallos bajo cualquier
circunstancia.
He sido leal a tu voluntad, apóyame
ahora.
Cuídame como a un niño mimado, desde tu
trono.
Mis enemigos me vigilan y me rodean
buscando
la oportunidad de lanzarme al suelo con
ira.
Son fieras agazapadas que chocarán
contra roca.
Ver su rostro es un regalo inmerecido y
sempiterno.
18
Cristo es la roca, la roca total, mi
castillo.
Invocaré al Hijo de Dios cada vez que
sea necesario.
Él oye mis clamores con amor en toda
inclemencia.
Él me capacita para ser un buen infante
de marina.
Soy capaz de exterminar los demonios
que me pellizcan.
Los incrédulos gritan y ni el viento
los considera.
Las rebeliones las trituras una por
una, con fuego.
No hay otra roca fuera de Jesús, ni
nada parecido.
19
El universo es una evidencia más de su
labor.
El lenguaje del espíritu se siente, mas
no se descifra.
El evangelio del reino se predicará en
todo lugar.
La ley de Dios llena el sórdido vacío
del alma.
El precepto divino es quien abre los
ojos,
es el parámetro de toda equivocación y
ofensa.
Dios, acepta mis reflexiones y mi
cancionero.
Todas las expresiones de Jesús son
incuestionables.
20
Por supuesto que te oirá en el día del
conflicto,
el Dios de los profetas te defenderá
desde su casa.
Participaré de la santa cena cada vez
que corresponda.
Que Él satisfaga los deseos puros de tu
sediento interior.
Cristo salva con vigor a sus elegidos,
a su rebaño.
La victoria genuina es una garantía a
todo salvado.
Veremos tropezar y achicharrarse a los
inconversos.
El que confía en los bienes materiales
ya falleció.
21
El último vástago del rey se regocija
de su gran poderío,
de la llenura con el Espíritu Santo y
fuego.
No le desdeñaste ninguna de sus
peticiones piadosas.
Le coronaste con una gloria que el
cerdo no entiende.
He sido honrado y bendecido por tu
bondad.
Su presencia es una experiencia
extrema, perpetua.
Su mano acogotará a los que te
denostan.
Las ovejas te adoran hasta agotar las
mandíbulas.
22
Otra vez me abandonaste como si fuera
un pelagatos,
transito por las calles como un
perfecto don nadie.
No tengo vigor alguno y soy estiércol
en el polvo.
Dios no es negligente con el
requerimiento de un hijo.
En su momento específico, el discípulo
es levantado.
El único monarca es el Padre y él rige
toda movilidad.
El reino de los cielos no posee fisuras
ni un final.
El Cordero de Dios se quedó solo, por
nuestra salvación.
23
El pastor no es el obispo, es Cristo
Jesús.
Él me entregará serenidad cuando mi
alma baje
al más profundo valle de tortura y
sangre.
No me asustaré en medio de los leones
encrespados.
Me sirves un buen almuerzo delante de
mis perseguidores
y les indicas que soy tu retoño, en el
tifón.
Estoy enlazado a su gracia en cada
inhalación.
Tarde o temprano me aposentaré en su
huerto rutilante.
24
Dios es el arquitecto y dueño del
firmamento,
y el que ha purificado su ser ingresará
a su comedor.
Toda bendición pasa por la crucifixión
del Mesías.
El rey de reyes aparecerá, con toda su
gloria.
Todos con la frente en alto y una gran
sonrisa,
todos con las manos abiertas y los ojos
atentos,
que en un caballo blanco viene el
Todopoderoso.
El que fue parido en Belén es el señor
de señores.
25
En el período más terrorífico e
inquietante
el Señor les abre una ventana de
escape.
Humillará al corazón terco, al desobediente.
Es un desmemoriado con los pecados ya
perdonados.
El mensaje del nuevo pacto está a total
disposición
de aquel que optó por la avenida del
bienestar.
En el temor reverencial a Dios reside
la paz rocosa.
No es ridiculizado el que se apega a él.
26
Sin vacilaciones me he subordinado a la
Revelación.
No confraternizo con los cínicos y
enmascarados.
Vivo pendiente de los conceptos que
brotan del altar.
Divulgaré mi transformación a los que
me rodean.
Destruye mis transgresiones y mi falta
de visión.
Detestaré la dialéctica de los inicuos
y burros.
Abusaré una vez más de tu sublime
misericordia.
Un día dormiré en el tabernáculo de tu
gloria.
27
No me amedrento cuando me cobija la
divina luz.
Los que perfilaron mi mal fueron
dispersados.
Si mi angustiador es un cíclope,
mantendré la fe.
Ruego que la casa de Dios sea mi casa,
por siempre.
Primero me cubrirá con un manto de
bellacos
y posteriormente me parará en la cima
del monte.
Me afanaré buscando la cara de
Jesucristo cada día.
No arrugué porque sabía que tu brazo me
sujetaba.
28
Cristo, no te desligues de mi
desvalimiento férreo.
Ruego ser raptado ese día con la manada
pequeña.
Tú eres la roca en la que deposito mi
esperanza.
La paz que vocifera este mundo no es mi
paz.
Que cosechen lo que largamente han
sembrado.
Ellos descartaron todo llamado al
arrepentimiento.
Me socorrió por enésima vez y le canté
una semana.
Dios bendice a sus legatarios sin
cansarse jamás.
29
Ese día los poderosos reconocerán que
Cristo es Dios,
los científicos ateos aceptarán que es
el Verbo de Dios,
los humanistas se convencerán de que es
el Salvador.
Todo lo que respire le inventará una
alabanza.
La voz del Señor creó los cielos y la
tierra.
Ríos, aves y árboles aplaudirán su
nombre.
No posee manchas ni desvaríos en su
currículum.
En todo sitio y hora, adoremos a la
Santísima Trinidad.
30
Me escabullí de las socarronerías de
los impíos,
de la enfermedad me sanaste cuando fue
preciso.
Extrajiste mi alma en medio del airado
incendio.
No haré nada que enfade al Dios
Todopoderoso.
Con la sangre preciosa mi ataúd posee
mucho sentido.
Transformaste mi tragedia en sana
alegría y jolgorio.
Es abyecto dejar de alabar al Salvador
de la humanidad.
En ese viernes santo la muerte fue
vencida para siempre.
31
Soy tu vasallo y mirame bien como
estoy.
Me encuentro atrapado en una telaraña
de intrigas.
Tú eres mi única roca y albergue.
Los faranduleros y desleales hasta ven
telenovelas.
Al saber que la gracia me acompaña soy
dichoso,
y cada uno de mis tendones dependen
sólo de Él.
Que a través de mi testimonio se vea tu
luz.
Que estuve a punto de perecer, pensaba
yo.
32
Después de arrepentirme y suplicar por
su perdón,
me siento como una pluma o un reo
absuelto.
Postergar la confesión es un
sufrimiento estéril,
y la desertificación del alma es el
alimento matutino.
En medio de la balacera Él te guardará.
Tú eres mi profesor y mi linterna en la
noche.
No me comportaré como el asno, sin
comprensión alguna.
El contentamiento del recto de corazón
es incesante.
33
Si Cristo es tu Salvador, eres un
elegido.
Sus discípulos le aclaman con orquestas
y coros.
Su Palabra es normativa, final e
infalible.
En ese día toda la humanidad se le
postrará.
Todo lo que Él dice se hace, se cumple.
Él está atento con el proceder de cada
persona
y conoce en detalle la intención de los
corazones.
El ojo del Espíritu Santo habita sobre
el que le teme.
34
A la cuenta de tres adoremos todos al
Hijo.
Él ha pulverizado mis cientos de miedos
y no subestimó ninguna de mis
aflicciones.
Cada seguidor de Jesús posee un
custodio.
Nada les faltará a los esclavos de
Cristo Jesús.
Refrenaré mi lengua, apaciguaré mi
espíritu.
La ira divina tarda, mas recae sobre el
malvado.
No se quemará en el fuego el redimido
por su sangre.
35
El cristiano pelea una batalla que ya
se ganó.
Su lanza destruye todos los blancos del
tentador.
El viento hará volar todo propósito
tenebroso.
Cuando me amenace, también venceré a mi
Goliat.
Ellos desean mi mal, y yo oro por
ellos.
La rabia de mis antagonistas nace de la
lobreguez.
Con su espada salvaguarda a sus
ejércitos.
En cada oportunidad publicitaré su
gracia.
36
Ellos despiertan como si Dios no
existiese.
Presumen de sus desvaríos y trampas
relajadamente.
Antes de involucrarse en una ruindad,
la planifican.
No hay sentimientos de culpa por su
impiedad.
Bajo el parasol de su amor residimos
seguros.
El corazón hambriento se saciará con la
alianza.
El manantial de tu luz todo lo
sobrepasa.
La altivez demuele a todos sus
prosélitos.
37
El que prospera por el mal camino se
caerá feo
y no vive la grúa que los levante otra
vez.
Deleitarse en Él es acceder a su favor.
Ora fervorosamente en silencio y
llegará tu turno.
No intentes hacer justicia por tu
propia mano.
Los mansos de corazón heredarán la
tierra.
Un patrimonio digno es mejor que ser
millonario.
El salvado paga lo que debe y es
dadivoso.
38
Dios, no me castigues y sé que me lo
merezco.
Siento hasta el tuétano la disciplina
del Padre.
Si estoy botado y aquejado, la culpa es
sólo mía.
El pecado me tiene como un gusano con
sarna.
Si me desamparas me lanzarán de un
vigésimo piso.
Así, nadie anhela mi amistad, ni
bebido.
Acepta otra vez mi arrepentimiento, de
rodillas.
No te demores más en auxiliarme, en
restablecerme.
39
Obviamente la estadía aquí es
transitoria.
Cuidaré mis palabras cuando me frustre.
Discúlpame por quejarme por el éxito de
los impíos.
El ser humano ante la eternidad es
nada.
Afanarse con las vanidades y codicias
es infecundo.
Aprenderé a callar sobre los designios
del Padre,
a derramar mis lágrimas a los pies del
Nazareno.
El divino Espíritu Santo nos guía a la
meta.
40
Sólo en la Escritura se estampó la
voluntad de Dios.
Me lanzó una cuerda al fondo del
agujero, y bebí agua.
Restauró mi ser: espíritu, alma y
cuerpo.
Feliz sea el creyente que se divorció
del engreimiento.
Sus prodigios y dádivas son trillones y
cuatrillones.
Les notificaré que Jesús es el único y
suficiente Libertador.
Apura tus pasos y socorre a este
porfiado.
Sin tu misericordia moraría en el tarro
de la basura.
41
Es sabio y clemente el que se preocupa
del desposeído.
Atender al menesteroso es un apostolado
superior.
Combate al que pretende mi ruina, mi
rodada.
Las felonías germinan de los parajes
menos esperados.
Me descarrié porque mi alma se
contaminó,
sólo tú me puedes curar y ubicarme en
la senda.
Inventan mentiras sobre mí, me
calumnian.
Me rodean toneladas de chismes, mas soy
inmune.
42
Mi hambre por la llenura del Espíritu
Santo es descollante.
Mi sed por el manantial del evangelio
es desesperante.
Por mis líos la gente cree que Dios me
desamparó.
Era un predicador fogoso y ahora estoy
degradado.
Siempre es un placer asistir al templo
de Cristo Jesús.
Sin importar el estado en que me
encuentre, le cantaré.
A veces da la impresión de que el Padre
me olvidó.
Soportaré el fastidio de mis rivales
mirando la cruz.
43
Señor, defiende mi causa que es la
tuya.
Exímeme de los engaños y de las
zancadillas densas.
No caminaré deprimido por las saetas
que me tiran.
La claridad de tu carretera me
conducirá.
El hado del redimido es acampar en su
monte.
En el día del Señor entraré al
tabernáculo con una guitarra.
El alma que está dentro de mí a veces
decae fuertemente.
Si soy paciente en mis plegarias, reiré
sin parar.
44
La victoria la da Dios, la espada es el
instrumento.
El Señor pondrá al enemigo bajo tus
pies.
La victoria no viene del talento o
virtud humana
y el infiel se expone a una humillación
dura.
Por medio de una devoción mediocre nada
logras,
es más, te rodearán la vergüenza y las
burlas.
El Padre se responsabiliza por sus
hijos fidedignos,
no por sus sobrinos o ahijados, que son
inestables.
45
Estoy deseoso de escribirle adulaciones
y cánticos.
La gracia te transforma en un corazón
hermoso.
Mi florete es la Sagrada Escritura, la
nueva alianza.
Cabalgaré sobre la vía de la verdad
revelada.
El trono del Salvador supera al tiempo
y el espacio
y las alegrías trascendentes y eternas
vienen de allí.
Todos se visten adecuadamente delante
del Rey.
Nada ni nadie borrará al Nazareno de la
memoria.
46
Jerusalén es la capital formal del
reino de Dios.
La nueva Jerusalén está a la vuelta de
la esquina.
En un terremoto fuerte Él mismo es el
rescatista,
porque Él es el socorro primero en las
aflicciones.
De la ciudad de Dios se desprenden
cataratas y ríos
de bendiciones y misericordias para el
rebaño.
Cristo es el centro, higieniza lo que
le rodea,
y repleta de prodigios y milagros lo
que toca.
47
Él es el rey de reyes y señor de
señores.
Todos y todo terminarán subordinándose
a él.
Decidió compartir su gloria con sus discípulos.
Se azota a sí mismo el que le pone mala
cara.
El último día será el primero en su
reino.
Que todos los cancioneros le adoren
incansablemente.
Por fe, diviso desde aquí la morada
celestial.
La gloria comenzó con la ascensión de
Jesucristo.
48
El monte de Sion es el domicilio del
Todopoderoso.
Este es el destino del obediente, del
purificado.
Un pétalo de este monte supera toda la
gloria
que ha existido y que ofrece este impío
mundo.
El que navega en la barca de Jesús de
Nazaret
sentirá los tornados mas no le
afectarán.
Sé lo bondadoso que es él, no soy un
desmemoriado.
Intenta golpear la puerta de su
palacio. Queda tiempo.
49
El que nada en sus riquezas extravió la
ruta.
Es casi imposible que un millonario se
salve,
porque renunciar a las posesiones es un
desafío límite.
El patrimonio no prevalecerá, sólo su
sangre.
El camello no pasa por el ojo de una
aguja.
En el centro de las tinieblas el dinero
no sirve
y la corrupción y el crimen rodean al
oro.
La honra al hombre es fútil y se queda
acá.
50
Desde Sion ilumina al universo y al
alma humana.
Es el único y suficiente Dios y
Salvador y mediador
y nada hay que se le parezca, que se le
acerque.
Con su celoso fuego consumirá y
juzgará.
Los que respetaron el pacto ingresarán
riéndose
al living del Dios Padre, a la gloria
eterna.
Los que desestiman el evangelio podrían
ser masacrados.
Al convertido se le abren las puertas
del esplendor.
51
La sensualidad voltea a cualquier
descuidado.
Dios escucha atento al que se
arrepiente de corazón,
al que anhela un aseo íntegro en el
alma y cuerpo.
Las ofensas a Dios nacen de la
naturaleza caída.
Enséñame en terreno lo que es la
rectitud, la pureza,
porque sé que no negocias con la
santidad del reino.
Por favor, no me deseches por mi mala
conducta.
Fabrícame una boca que se dedique a
ensalzarte.
52
El poderoso prepotente se derretirá por
siempre,
ese que vive diseñando trucos,
menosprecios y fraudes.
No se somete ni reflexiona sobre la
justicia.
Su lengua es una fuente de mentiras y
cinismos.
Dios te extirpará de la tierra con
decisión,
y en el abismo implorarás por una molécula
de agua.
Verás al salvado regocijarse en el
paraíso
y con todo el dinero posible no
comprarás un ticket.
53
El tarado se convenció de que Dios no
existe,
de que el magistral firmamento es obra
de la casualidad.
Actúan sin Dios ni ley, sembrando
vientos vigorosos,
y desdeñan la nueva alianza sin arrugar
la cara.
Desde su trono Él busca a los
adoradores innegables.
Verdaderamente santo y justo hay uno
solo.
Al que no invocó a Dios le crujirán
todos los dientes.
No quedará impune el que hiere al
prójimo.
54
Padre, que la sangre preciosa rescate
mi ser.
Hoy te imploro para que me protejas de
los otros.
Personas agresivas luchan por verme
nock out,
menos mal que Dios es mi auxilio en los
ahogos.
El daño que me infringen les rebotará
en la cara.
Contemplaré la devastación de mis
antagonistas.
En el minuto preciso Él nos libra de
las aflicciones.
El discípulo del Nazareno es un
adorador perenne.
55
El amor al dinero da inicio a los males
y delitos.
El abuso y la inmoralidad sobresalen en
esta ciudad.
Me persiguen con rabia por ser un
cristiano de Cristo.
Me gustaría huir de esta comunidad de
lobos rapaces.
Dios, aniquila y dispersa a mis
opositores,
son los mismos que oprimen al que
pueden.
Uno pelea, mas Cristo Jesús es quien
gana las batallas,
aunque los demonios fastidiosos sean
cientos.
56
El hombre angustia al hombre, por su
altivez.
El hombre explota al hombre, por su
codicia.
El descarriado intenta perforar el objetivo
del pacto
y elabora intenciones sucias contra la
manada de Jesús.
Con un corazón vivo honraré su santa
Palabra
y no me preocupa el daño que intenten
hacerme ellos.
Con consecuencias, las obras suben a la
balanza.
Una y mil veces me has librado de las
flechas furiosas.
57
En tu sombra me cubro hasta que termine
el ciclón.
El evangelio del reino de Dios está de
nuestro lado.
El Nazareno carboniza esos arpones que
se me arrojan.
Por su misericordia somos sanos y
salvos.
Estoy en una fosa de leones hambrientos
y flacos
y mis enemigos vomitan aceite hirviendo
sobre mí
preparándome todo tipo de trampas y
telarañas.
Mas yo confío en su infinita y
gigantesca misericordia.
58
Dios juzgará a los gobernantes y
legisladores.
Sus obras y proceder serán pesados con
equidad.
El hombre es un descarrilado desde que
nace
y lleva consigo la naturaleza que se
estropeó en el huerto.
Dios, mutila toda garra que hiere al
prójimo,
enceguece la mirada impía, calcina la
ira.
La venganza es propiedad de la
Santísima Trinidad.
Veré en el piso la sangre de los
malvados.
59
El inescrupuloso no consumará sus
planes
si es que mi escudo protector es el
Redentor.
Algunos se quiebran la cabeza pensando
en como dañarme, neutralizarme,
liquidarme.
Todo grupo humano o persona que posterga
a Dios
se condena y atrae para sí un carnaval
de llanto.
El corazón vacío mendiga una pizca de
su gloria.
Tu misericordia es mi guarida, mi
consuelo.
60
Dios, nos botaste como a un perro
muerto.
Mordimos el polvo y nos pasaste por el
fuego.
Tus discípulos levantan tu bandera y tu
paz,
garantizándose protección al obediente
y fiel.
El ejército sin Dios como tutor se
perderá.
El auxilio humano más eficaz es
infructuoso
si el Señor no es quien dirige la
contienda.
Las maravillas germinan de la sumisión
a Dios.
61
En esta hora borrascosa te ruego de
rodillas,
te imploro que me escuches y me
concedas
lo que requiero para no hundirme más.
Sí, la única y suficiente roca es
Jesucristo.
Seré un residente perpetuo de la casa
del Padre,
me siento seguro abrazado por el
evangelio.
Soy un fidedigno legatario del reino
del Espíritu.
Cumpliré mi promesa, tú, ya cumpliste
la tuya.
62
Yo, solamente invoco a Dios Padre,
siempre,
y no me descarrilo con la religiosidad
popular.
El único y suficiente mediador y Salvador
es Cristo.
Ellos me golpearán, mas no me
derribarán.
Esperaré, postrado a los pies de la
santa cruz.
Ellos cosecharán lo que villanamente
sembraron.
La prosperidad no cuida el alma humana.
El hombre natural es un vanidoso y un
mentiroso.
63
De la cruz corren los ríos de agua viva
infinitos
que apagan la sed del alma más cruel.
Este mundo es un desierto seco, sin
esperanza.
En cada crepúsculo bendeciré tu santo
nombre.
Seré feliz con la sombra de tu poder y
amor
y me adheriré a la redención con un pegamento
fiero.
Los perniciosos caerán en manos más
nocivas.
Al patrañero le corchetearán la boca de
una vez.
64
Líbrame del plan maligno de mis
rivales,
de la iniquidad encubierta que pretende
cazarme,
de las incesantes confabulaciones de la
ira,
de los que usan la calumnia con
habilidad.
Suponen que sus fechorías quedarán
impunes.
La lengua venenosa se dañará con su
propio virus.
En el último día todos le darán crédito
al rey de reyes
y el salvado reposará en la gloria
eterna.
65
La cosecha fue tan fructífera como lo
fue la siembra.
Dios es quien golpea la puerta del alma
caída.
La meta culmen es ser saciados por el
Espíritu Santo.
Tú afirmas las montañas, la fe y las
bendiciones.
El que teme a Dios con sabiduría
prosperará.
El río de Jesús riega la tierra y al
ser humano.
En la hora del balance somos lo que
sembramos.
El verde prado no es un retoño de la
casualidad.
66
Que todo lo que respire alabe a la
Santa Trinidad.
Reconozcan pasmados que Dios es el gran
arquitecto.
El que no te canta de corazón es un
descarriado.
A todos los altivos aplastará como a
cucarachas.
Dios creó el alma humana y Él la
preserva.
Pones a prueba a cada oveja,
refinándola.
Efectuaré todo lo que prometí en la
angustia.
Me desvinculo de la iniquidad, con su
ayuda.
67
Sin la misericordia somos un caso
perdido.
Nuestra cara debe ser el espejo de la
gloria.
El camino del evangelio tapizará el
planeta
y todos los poblados podrán acceder a
la salvación.
El antecedente en el juicio final es la
santidad,
no la religión, la raza, el origen o el
pensamiento.
Que los continentes le teman al Dios
Todopoderoso.
Según la semilla plantada, cada alma
dará su fruto.
68
A los que desestiman a Dios los
esparcirá con vigor.
Los justificados por su sangre saltarán
extasiados.
El rebaño cantará todos los salmos de
Dios Padre.
El jinete que cabalga se llama fiel y
verdadero.
Él pone de pie a los empantanados en el
vicio
y se encarga de que el irreverente viva
su deshidratación.
Encadenó toda atadura y viene desde su
Sinaí.
Sus enemigos degustarán la furia santa
e imperecedera.
69
Si tú no me rescatas del fango,
perezco.
Me cansé de suplicarte, y tú no me
escucharías.
Pretenden castigarme por un delito que
no cometí.
Pago el precio por ser un discípulo del
Hijo de Dios.
Los que me rodean me ven como un bicho
raro.
No hay paz aquí para la palabra divina.
El libro de la vida no registra al
descarriado.
Dios jamás menosprecia al reo, al
indigente.
70
Ven en mi auxilio apurando el paso,
confunde la mente de los que me atacan,
que regresen derrotados y con las manos
vacías
todos los fanfarrones que rechazan la
alianza.
Que sean bendecidos los buscadores de
la verdad,
y los redimidos prediquen de la santa
cruz sin detenerse,
ensalzando la Palabra por todo medio
posible.
Tan afligido estoy que requiero de Él
con urgencia.
71
Ahora anciano olvido tus mil
bendiciones y amor.
Cristo es la única y suficiente roca
del rebaño.
Me refugio en tus mandamientos y
promesas,
desde que me convertí al Señor, y hasta
la muerte.
Que mi lengua te adore todos los días y
semanas,
y en mi último suspiro el Espíritu
estará ahí,
y me darás una vida eterna después de
ésta,
y abrazaré al que se sentó a la diestra
del Padre.
72
El genuino reino de Dios no se
instalará aquí.
Vendrá al final, con los resucitados
del Salvador.
La justicia y la paz en los cristianos
es un inicio,
y el juicio final colocará a cada uno
en su sitio.
Salvará a los humildes y pisoteará al
arrogante,
y el cielo y la tierra pasarán, no
serán más.
Contender con el Padre es una sublime
necedad.
La sangre de los mártires de la fe es
pulcra.
73
La prosperidad del inescrupuloso es
temporal,
precaria y fatal, con un corolario
sempiterno carmesí.
El Israel de hoy es la santa iglesia de
Cristo Jesús
que el Padre ama, con propósitos
distintos y sempiternos.
No envidiaré al deshonesto y reiré al
último.
Se consumirán, arderán como pasto, en
un tris.
No hay satisfacción en los que
desestiman la resurrección,
y la gloria del mundo es un fuego
artificial breve.
74
Dios necesita purificar a su propio rebaño,
como parte de la herencia, de la
salvación en sí.
Los contrarios tienen sus días y horas
contados
y el daño que causan permanece bajo
control.
Una parroquia quemada no es un alma
desatendida.
El único profeta del tiempo final será
la Escritura misma.
Nadie se burlará por siempre del nuevo
pacto.
La aflicción en el justo es aseo,
madurez y humildad.
75
Dios ya juzgó a su pueblo por medio de
la cruz,
y las tinieblas y el mundo se
condenaron.
La resurrección y la gloria son hechos
concretos.
La fe sólida en Cristo Jesús es la
única ruta.
La puerta está abierta para el que le
invocare.
El arrepentimiento cierto es abrazar a
Jesús.
La hora del juicio es un componente de
su agenda.
El Padre ensalza a aquel que se humilla
ante Cristo.
76
Los poderes que atacan a la iglesia
fenecerán.
La nueva Jerusalén descenderá entre
aplausos.
La santa cuidad es la capital del
reino, de Dios.
El regreso del Hijo de Dios será
cinematográfico.
Toda flecha que le lancen se quiebra en
el acto.
El redimido pelea una guerra que ya se
ganó.
Nadie tolera el enfado santo de Dios
Padre.
Los mansos recibirán la tierra por herencia.
Los mansos recibirán la tierra por herencia.
77
Todo aquel que le suplica a Dios es escuchado,
la angustia del alma compasiva no le es
indiferente,
esa que levanta sus manos al cielo sin
sucumbir.
El consuelo humano elaborado aquí es
improductivo.
El insomnio en oración es parte del
procedimiento.
El Padre te rescatará del fondo del
agujero.
En estas circunstancias, el pasado se
ve hermoso.
La voz de Dios tritura todo cimiento
que moleste.
78
El discípulo del Salvador es infiel,
Dios nunca.
Él instaló su gloria y su ley en la
iglesia.
El Nuevo Testamento registra el
pensamiento de Dios
y la siega de la rebeldía siempre es la
misma.
El que le confiesa todo sentirá ríos de
agua viva
en su alma que le limpiarán y le
tonificarán.
Cuando corresponde, el enojo divino
baja con todo.
Acepta hoy a Jesucristo como tu Señor y
Salvador.
79
Si Jerusalén fue destruida, la
reconstruirán;
si tu ser está en el suelo, el Espíritu
lo elevará;
si la casa de Dios fue derribada y
quemada,
tal vez sea una metáfora sobre el
estado de tu alma.
Dios no avergüenza al vasallo del
Cristo veraz.
Es difícil enfadar al Padre, mas
algunos lo logran.
Él olvida todo en aquel que se
arrepiente de corazón,
porque su misericordia atrapa a la
actitud piadosa.
80
El Padre pastorea el rebaño, a través
de Jesucristo,
en el ministerio de la Tercera Persona
de la Trinidad.
Él los ilumina con la Palabra, con su
gracia;
y restaura a la oveja que lo solicita
con sollozos.
Si pides perdón, el enfado de Dios
concluirá.
Te someterás a los mandamientos sin
dobleces,
y en tus ojos nítidos se divisará el
amor divino.
El redimido reside en tierra firme, con
su espada.
81
Si me someto sin vacilaciones al
evangelio puro,
Dios desbaratará a mis contendores y
perseguidores.
En la evangelización no somos celosos
ni vigorosos
y siempre nos estamos equivocando o
desvaneciendo.
El estatuto de Dios es el único de la
santa iglesia.
Todos vivimos en algún momento en
Egipto.
Todas las plegarias se elaboran sólo a
través de Cristo.
Él alimenta a su pueblo con lo mejor, y
abundantemente.
82
Todos los gobernantes le rendirán
cuenta a Dios.
Los jueces que son influenciados por el
dinero
también explicarán en detalle su
putrefacción.
Cada peatón tiene derecho a la equidad.
Los huérfanos y desposeídos deben ser
protegidos
por los poderes ejecutivo, legislativo
y judicial.
El presidente del país es el primer
servidor.
La economía pensará en el hambriento y
en el afligido.
83
Dios, usa tu poder a favor nuestro hoy.
Los que detestan la nueva alianza
inflan el pecho
e instalan su mejor inteligencia para
perforar el reino.
No quieren ver a la iglesia como un
solo cuerpo.
El complot es gigante en contra de Su
voluntad
y parece que ninguno de ellos faltará a
la blasfemia.
Todos ellos serán guano, que abona la
tierra.
Serán deshonrados, humillados y
aterrados.
84
Cuan dulce es el sofá de la casa del
Padre,
que hermoso es llorar y orar en la
capilla.
Le cantaré al Dios vivo con un corazón
de fuego.
Hasta las flores y aves son alimentadas
por su amor.
Dichoso es el que confía ciegamente en
el Nazareno.
La vía a la morada eterna posee muchas
espinas.
Dios está muy atento a las plegarias de
los suyos,
de aquellos que buscan la cara del León
de Judá.
85
Jesús, fusionó el cielo y la tierra en
un reino,
es la encarnación del Verbo de Dios,
que nos visitó.
La puerta de la salvación del alma se
abrió para todos.
Jesús de Nazaret es la plenitud de
Dios, es Dios mismo.
Eres paciente y misericordioso con el
descarriado,
pero todo aquello o aquel que estorbe
será quitado.
La justicia, la paz, la gracia y la
verdad, vienen de ti.
La verdad camina en la tierra, la
justicia es divina.
86
Dios, engoma tus oídos a mis lamentos,
porque estoy botado en el suelo,
derrotado.
El ser un siervo me ha traído
demasiados líos.
A ti clamo, y continúo empantanado y
asustado.
Agradezco que seas un perdonador
sobrenatural.
De una angustia paso con el tiempo a
otra
y tú siempre me libras del mal y de la
desazón.
El petulante se indigna con los hijos
del Señor.
87
El Nazareno se sentó en el monte santo
y abrió las puertas del templo de par
en par.
La iglesia es la embajadora del reino
de Dios.
En su hora, la nueva Jerusalén bajará.
De la madre iglesia germinan los hijos
de Dios;
los conceptos del cielo, desde la santa
Palabra.
El cuerpo de Cristo Jesús nace de la
sangre preciosa.
Cada miembro del rebaño compone el
libro de la vida.
88
Con Cristo en mí y hundido en la
depresión.
Me da la impresión de que me cerraron
el cielo.
Estoy cerca de la muerte, tú eres la
resurrección.
En los demás soy una piltrafa, un caso
perdido.
Dios es quien regala la vida y la
concluye.
Dormirse para siempre en los brazos de
Cristo Jesús
es maravilloso y un anhelo en todo
creyente sincero.
Tú pruebas al cristiano hasta el último
día.
89
La historia es un caballo y Cristo es
el jinete,
Dios es fiel e inalterable en lo que
prometió,
el nuevo pacto aquí dura hasta su
regreso.
Nada ni nadie es semejante al Redentor.
Ningún movimiento o viento escapa a la
mano divina.
Tú eres el creador del universo y del
ser humano.
El rebaño que te aclama es inteligente
y sensato.
El Unigénito del Padre es el primogénito
de María.
90
Dios es eterno, el alma es eterna, la
piel no.
La salvación es eterna, la condenación
es eterna.
La existencia posee sentido cuando se
aferra
a la santa cruz, al evangelio puro y
sencillo.
La conversión a Cristo es sinónimo de
pía sempiternidad.
Ni el más mínimo error se esconderá del
Padre.
La vida de un ser humano es un soplo,
un tris.
La única buena noticia es la redención
del alma.
91
El que reside en el refugio de la Santa
Trinidad
será protegido, bendecido y restaurado.
Él te librará de los perseguidores y
las plagas.
Él es tu coraza, su Palabra es tu
seguro.
No le temerás ni al terror ni a las
balaceras,
ni a los virus ni a las matanzas ni a
lo tenebroso.
El desastre le afectará a muchos, mas
no a ti.
El necio segará en abundancia, lo que
plantó.
92
La santidad es por mérito divino, por
su gracia.
La obra humana sin la presencia del
Espíritu
es una escoria, y terminará en el tarro
de la basura.
El hombre natural no comprende lo
sobrenatural.
De un solo golpe los impíos perecerán
por siempre.
Brotan como la hierba y se quemarán
como pasto seco.
Y Tú eres invariablemente el rey de
reyes.
El crecimiento del santo llegará al
mismo cielo.
93
La magnificencia es la vestidura del
Padre,
y lo gobierna todo sólo a través de
Cristo Jesús,
en el ministerio del glorioso Espíritu
Santo.
Su trono es una roca sempiterna, el
Salvador también.
Un Dios que es santo demanda santidad
en el alma y proceder de cada oveja.
El poder del Señor es inconmovible e
infinito.
La presencia de Dios es por los siglos
de los siglos.
94
La venganza es de exclusiva propiedad
de Dios.
Él paga a cada malvado y déspota lo
suyo.
Cada perverso e impío recibe su
merecido,
en el día y hora que él determina,
irreversiblemente.
Dios tolera algunas irreverencias con
increíble paciencia
porque anhela el arrepentimiento hondo
del pecador.
La conducta del inconverso es vanidad y
egoísmo.
El socavón para el indiferente con Dios
ya se cavó.
95
Adoremos a la única y suficiente roca
que es Cristo,
al único y suficiente Redentor que es
Cristo.
Permanezcamos atentos al sermón del
monte
y hagamos de los mandamientos el pan de
cada día.
Presentémonos ante él con un himnario
que rebalse nuestra alma, con canciones
santas.
La Santísima Trinidad es
nuestro Hacedor y amo.
Los hijos escuchan la voz del Rabí y le
siguen.
96
La justicia en un discípulo de Cristo
Jesús,
es su carta de presentación, su farol
encendido.
Se anunciará al Mesías en los cinco
continentes.
Las bendiciones de Jesús acolcharán
todo el globo.
Que absolutamente todas las alabanzas y
plegarias
sean para Cristo Jesús, sin excepciones
o triquiñuelas.
Que todos los bailes y peregrinaciones
sean para él, sin excusas.
Que todo lo que respire alabe a la
Trinidad.
97
Aprende a detestar todo vestigio de
idolatría.
Nausearás sobre el paganismo de la gran
ramera.
Nadie se librará del agudo juicio
final.
Las imágenes religiosas de madera son
estiércol.
Corazones podridos le cantan y le
hablan a imágenes.
Rezarle o invocar a un muerto beato es
espiritismo siempre.
La gloria de Dios no coincide con esta
religiosidad popular.
Sólo a Cristo exaltaré, sólo a él le
oraré, directamente.
98
Sólo Jesús de Nazaret hace maravillas y
milagros.
Sentado a la derecha de Dios Padre, nos
socorre.
Su brazo te rescata del agujero más profundo.
El último poblado del orbe sabrá del
Príncipe de paz.
Si él resucitó, todos vamos a resucitar
con él.
Todos estamos atentos al repentino
arrebatamiento.
La probada rectitud sólo proviene de
Dios Padre.
Que todo ser humano sea reverente ante
su Palabra.
99
Yo soy el Cordero de Dios que quita el
pecado.
Yo soy el camino, la verdad y la vida,
yo soy la puerta, el buen pastor, el
Mesías.
Toda alma sensata le temerá, le
adorará.
Tú eres tres veces santo, la
encarnación de Dios.
La suma de los redimidos por su sangre
preciosa
conforman su santa iglesia, su pueblo,
sin etiquetas.
El reglamento del Espíritu Santo es
miel, sabiduría.
100
Que todos le canten a Dios, con una
sonrisa.
Que el servicio a la gloria divina sea
un deleite.
Preséntate en el altar con dicha y
agradecimiento.
Reconozcamos que el único Creador es
Yahvé.
Él hizo al ser humano y a su grey, con
amor.
Somos ovejas de su redil, de su
propiedad,
porque fue él quien dio su vida por
nosotros.
Su misericordia no posee confines ni
tropiezos.
101
Cuando el Espíritu Santo se deposite en
mí
lograré entender el sendero de la buena
nueva.
Haré de la integridad la razón de mi
existir.
Me desligaré de la impiedad, del mal.
No visitaré a los que interpelan al
Hijo de Dios.
Los leales al Mesías son mis compañeros
de ruta.
Le ruego al Padre un buen aseo a mi
alma.
Derribaré algunos muros que impiden el
avance.
102
Dios, respóndeme con rapidez en este
terror.
Estoy desfallecido, apaleado y
desnutrido.
Mi piel es la de un cadáver sobre dos
pies.
Soy una sombra que transita por la
noche.
Todavía queda plazo para la
misericordia.
Cuando la gracia concluya, todo se
develará.
Los redimidos se unen con llaneza,
hacia la meta.
El tiempo y el espacio en su reino no
existen.
103
Mi espíritu, alma y cuerpo te ensalzan.
Él es el único y suficiente perdonador
y purificador.
Por sus llagas fuimos sanados,
restablecidos.
Él rejuvenece, da energías y un
propósito.
Moisés, los profetas y los sacerdotes
fueron la antesala.
Se requiere de obcecación para
exasperar al Padre.
El Padre es generoso con los fieles a
su Hijo.
El que hace de la Palabra su obra es un
elegido.
104
Dios, quedo perplejo con la acción de
tus manos.
Todo proviene del Padre, mas el libre
albedrío es tal.
Él es el fundador de la materia y del
espíritu,
el que le proporciona agua al arroyo y
al hombre.
Los fundamentos del cielo son
inamovibles y férreos.
Él bendice con el pan y él es el pan de
vida eterna.
La iglesia es una extensión del Verbo
encarnado.
La voz del Todopoderoso es temible,
transformadora.
105
Abraham fue oficialmente el primer gran
creyente.
Todo comenzó con Abraham, Isaac, Jacob
y Moisés.
Somos abrahámicos, vástagos del primer
patriarca.
No olvidamos sus maravillas a través de
la Historia.
El Israel de esta época es la santa iglesia.
Es la era de la gracia, del Espíritu
Santo.
El pacto con Israel y la iglesia es
perpetuo.
Todo aquel que es librado de Egipto se
regocija.
106
Dios me ha perdonado demasiadas veces,
es misericordioso con el que se
arrepiente.
El egipcio no se compenetra con su
gloria.
Ninguno de los contrarios sobrevivirá
al juicio.
El fuego es la última morada del
altivo.
El paganismo beatificado desaparecerá
del orbe.
Demoleré en mí todo lo que él me
solicite.
Las obras corruptas ahogan a su
ejecutor.
107
La historia enseña que plasma lo que
promete,
el mayor testimonio lo expone el
discípulo de Cristo.
En medio de tu desierto clamarás por lluvias
de vida
y subordinarás tu senda a la nueva
alianza.
Algunos fueron librados desde la sombra
de la ruina,
rozando el ataúd, la humillación total
y el horror.
Pulverizó todos los cerrojos y las
contrariedades.
El huracán es el preámbulo de la
serenidad sólida.
108
Que cada instrumento eleve su celestial
sonido.
En medio de los mundanos actuaré como
una loa.
Cristo Jesús es la única y suficiente
verdad.
La aflicción del justificado por la fe
es definida.
Cristo es el rey, el magistrado y el
legislador.
El Espíritu nos traslada a la ciudad
sempiterna.
Antes de comenzar la dura lucha, la
batalla,
el cristiano ya se impuso, por la fe,
en el Nazareno.
109
No tengas piedad de los demonios que te
atormentan,
mediante el ayuno el Espíritu los
expulsará.
Dios, agranda y fortalece los
cancioneros piadosos.
El chofer de mi azarosa embarcación es
el Crucificado.
Al inconverso lo atrapará su propio
enrejado.
La posteridad del malvado es la
condenación y el lamento.
El que persigue al débil chocará con
una roca.
Bendecir siempre y no maldecir es la
instrucción.
110
Cristo Jesús se sentó a la diestra del
Padre.
No se detendrá hasta que el último
enemigo
del evangelio sea abatido
irreversiblemente.
El que vendrá con su sable se llama
fiel y verdadero.
El señorío, la victoria, la gloria y la
santidad
le pertenecen al Salvador desde y por
siempre.
El vocablo del Todopoderoso es inquebrantable.
El lloro y crujir de dientes son los
granos del desobediente.
111
Con los otros redimidos adoraré a la
Trinidad.
Los de recto corazón dan un testimonio
válido.
Las hermosuras de su creación son la
primera Biblia.
La puerta de la justificación por la fe
sigue abierta.
El único clemente y misericordioso es
el Rabí.
El Espíritu Santo alimenta a los
discípulos.
Todos los mandamientos son puros y
perfectos.
El sublime sufrimiento del Gólgota era
parte del plan.
112
Dichoso es aquel que tiembla ante Su
presencia
y que se alboroza escudriñando su
Palabra.
Será bendecido él y sus vástagos, por
su pureza.
El tesoro de la nueva alianza es la
mayor riqueza.
La santa iglesia es la luz en este
planeta gris.
El generoso es juicioso, un retoño de la
sabiduría.
Estoy confiado sobre la única y
suficiente roca.
Los deseos carnales son humo en un
fuerte viento.
113
Jesús es el único y suficiente nombre
dado a los hombres,
y su nombre está sobre todo nombre y
credo.
Bendecir su santo nombre de sol a sol
es benigno.
Es un privilegio ensalzar al Creador
del cosmos.
Cada rincón del globo conocerá el nuevo
pacto.
El Dios que se hizo hombre restaura al
pobre.
El indigente redimido un día será como
príncipe.
Él aniquila esa esterilidad que ofende
al Padre.
114
Fui liberado de mi Egipto personal por
su sangre
y en la casa de Dios participamos de la
santa cena.
Los demonios huyen ante la presencia
del Espíritu.
La única y suficiente cabeza de la
iglesia es Jesús.
Dios Espíritu Santo es el único vicario
del Salvador.
El cielo y la tierra son el magno
escenario.
Todos los seres humanos se postrarán
ante Él.
El sediento puede beber de la fuente de
agua eterna.
115
Que la totalidad de la gloria sea para
Él.
Que la totalidad de la honra y cánticos
sean para Él.
Las imágenes religiosas son paganismo
puro.
No hablan, no escuchan, no sienten ni
piensan.
La santa iglesia sólo le baila al
Nazareno.
La totalidad de nuestra confianza y
plegarias
se dirigen solamente a través de
Jesucristo,
al Padre, en el ministerio del Espíritu
Santo.
116
Yo amo a Cristo porque él me amó
primero.
Él tuvo aprecio de mí y de mis
peticiones.
Que no exista el día en que no le
invocare.
Lo que es imposible, para Él es
rutinario.
Todo en Dios tiene un propósito final y
superior.
El fondo del pozo es el hábitat del
extraviado.
Desde que resucité soy un viviente, un
inmortal.
La muerte de un santo es un instante
glorioso.
117
Gloria a la Primera Persona de la
Trinidad.
Gloria a la Segunda Persona de la
Trinidad.
Gloria a la Tercera Persona de la
Trinidad.
Gloria a la Santísima Trinidad, al
Hacedor.
Alabado y adorado sea Dios Padre,
alabado y adorado sea Dios Hijo,
alabado y adorado sea Dios Espíritu
Santo.
Alabemos y adoremos a la Santísima
Trinidad.
118
El que acepta a Cristo en sí no fallecerá
jamás.
Hasta el último minuto de la era de la
gracia
podemos recurrir a su misericordia, a
la cruz.
La manada testifica que Dios responde
la plegaria.
Bajo el abrigo del Padre no le temo al
hombre.
Los que humillan al cristiano conocerán
Su enojo.
En la casa del salvado hay júbilo y
paz.
El domingo, el día del Señor, es
especial.
119
El Nuevo Testamento le higieniza la
cabeza al joven.
El Espíritu es el primer profesor de la
Escritura.
El salvado es un transeúnte en esta
dimensión.
El ataque a un siervo viene de
cualquier lado.
En Jesús descansa el ansioso, el
cargado, el nervioso.
El entendimiento de la Palabra lo da el
Espíritu.
Dios jamás desestima a los que llamó a
su causa.
El nuevo pacto es la única luz de la
humanidad.
120
Cuando le lloré con sinceridad y de
rodillas
él me socorrió y me libró de los
calumniadores.
A la lengua venenosa la matará su
propio tóxico.
Nadie a mi alrededor aspira a la paz
del Señor.
El discípulo se divorcia de la
agresividad.
Los enemigos del ser humano son tres:
el diablo, la carne y el mundo.
La guerra la ganó Cristo en la bendita
cruz.
121
Dios no falta, no falla, no se
equivoca.
El pedregoso camino a la Canaán
celestial
es Jesucristo mismo y nosotros le
seguimos.
El Espíritu te acompaña todas las
horas.
Dios no vacila, no duerme, no se
relaja.
Es el guardaespaldas personal de la
iglesia.
Nuestra obligación es ser un hijo del
Protector.
Cristo es mi pastor, por eso estoy
pleno.
122
Es una felicidad asistir al culto de
adoración.
El templo del Señor es la puerta del
cielo.
Aquí se da la comunión entre los
hermanos.
El custodio del rebaño no veranea
jamás.
La nueva Jerusalén bajará del cielo de
Dios.
La paz y la armonía intramuros serán
totales.
Me presentaré en el tabernáculo de la
fe
y la salvación del alma bajará por su
gracia.
123
Todas mis esperanzas las dirijo sólo a
ti,
tú que estás sentado a la derecha del
Padre.
Me concentro en los designios de tu
poderosa mano
pretendiendo ser un galeote fiel y
perseverante.
Ten piedad de nuestras innumerables imperfecciones.
Soy consciente de que soy un servidor
torpe y lento.
Dios, prospera a tus hijos en lo
material, por favor.
Es difícil tolerar al millonario y al
arrogante.
124
Nos asaltaron, mas continuamos vivos.
Nos mojó el mar, mas no nos ahogamos.
El Padre nos cuida de la rabia de los
perros.
El viento inclina el trigo sin
desarraigarlo.
Él siempre nos prepara una puerta de
salida,
también en el valle del dolor que todo
cristiano
en algún momento visita, por variadas
razones.
No hay otro nombre dado para el
auxilio.
125
Los muros que nos cuidan les son
inalcanzables
y una fe sana es robusta como un monte
de piedra.
El designio no está en la mano del
mundano
y el devenir de la grey posee un solo
patrón.
Dios, entrega una singularidad
prosperidad y auge
a los corazones que transitan por tu
sendero,
a los que huyen de la pecaminosidad, de
las sombras.
El que sale del lago termina en el
lodo.
126
El principio de la vida gloriosa y
eterna
comienza con la muerte, con el ataúd
cerrado.
Terminarán el lamento y las duras
pruebas.
Nuestros colegas serán los serafines y
los querubines.
El que planta la semilla del evangelio
puro
cosechará frutos imperecederos y
sobreabundantes.
El que sufrió por la predicación de la
Palabra
se reirá por siempre acostado en una
hamaca.
127
Todo cimiento sin el nuevo pacto como
base
vivirá su apogeo temporal y se
destruirá
como un castillo de naipes y
desaparecerá
de la memoria de los hombres y de los
libros.
El que no mira la cruz ya está muerto.
Si Dios no respalda al centinela, todo
es inútil.
Es él quien bendice el pan y la vida.
Nuestra herencia perpetua viene de Dios
Padre.
128
Dichoso es el que tiembla ante Su
presencia,
dichoso es aquel que adora al Nazareno.
La familia normal es una creación del
Padre,
la gran familia inseparable es la santa
iglesia.
Lo primero es concentrarse en el reino
de Dios,
hacer carne los conceptos del Nuevo
Testamento,
lo demás es una consecuencia del buen
proceder.
Jerusalén es la capital del plan del
Espíritu Santo.
129
Ser cristiano y ser joven es
complicado.
Los santos son todo un lío en este
pérfido mundo.
Los rivales del nuevo pacto serán
desparramados.
Nada prevalecerá sobre la manada
pequeña.
Dios pulveriza la siega de los inicuos
y sucios.
Se avergonzará por siempre el que no se
convirtió.
Toda obra irreligiosa se quemará y será
humo negro.
Que el Señor bendiga a los corazones
predispuestos.
130
La única esperanza es la sangre
preciosa
y sólo Dios llega hasta el fondo del
pozo
y oye todas las plegarias de correcta
intención,
sin detenerse jamás en los pecados
perdonados.
Sólo Jesucristo perdona las
transgresiones, directamente,
con la asistencia o perpetuo socorro
del Espíritu Santo.
Mi confianza se basa en lo revelado por
Él
en la Escritura, en la piadosa
salvación que ofrece.
131
El que navega en la barca de Cristo
Jesús
sentirá y verá las tempestades y
turbiones,
mas esta lancha no naufraga ni se
asusta.
Muchos creyentes y fariseos navegan
solos.
Aquel que se humille ante Dios Padre
será ensalzado cuando fuere el tiempo prescrito.
Aprenderé a contemplarte en total
mutismo.
La iglesia espera el cumplimiento de la
Palabra.
132
La aflicción de David y del Hijo de
David
son elementos del inconmovible plan del
Padre.
Cada discípulo será una casa de Dios
viva,
dando acatamiento en sí a la nueva
alianza.
Los servidores tendrán sus manos
limpias.
El compromiso con el hombre caído es
férreo.
Los fieles al rey de reyes compartirán
su gloria.
La iglesia es la embajadora de sus
designios.
133
La armonía de los hermanos en Cristo Jesús
servirá de potente testimonio a los
ofuscados.
La paz y el amor fraternal los
conducirá
al edén bajo el báculo del Espíritu
Santo.
La fe firme de los salvados en Cristo
es un pilar en donde el ciego se
afirmará,
porque son la luz y la sal del mundo.
La salvación es la gran responsabilidad
de la grey.
134
Canten sin agotarse a la Santísima
Trinidad,
bendigan el nombre de Jesús en todo
minuto.
La grey considera que la parroquia es
un tesoro.
A la casa de Dios asistiremos
permanentemente.
Aten vuestras manos al cielo, a Dios
Padre.
Desde su trono, él bendice a sus
retoños.
Desde su trono creó todo lo invisible y
visible.
Los pastores son los primeros en
adorarle.
135
El Señor nos escogió y no nosotros a
él.
Alabémosle con un corazón humillado y derretido
porque él en todo momento es benigno y
piadoso.
Jesucristo es el rey de reyes y señor
de señores.
El paganismo elaborado o religiosidad
popular
también es basura, un cáncer a
extirpar.
Ninguna imagen de yeso aprobará el
Espíritu Santo.
Que todos los bailes sean sólo para el
Redentor.
136
Adoren a Dios porque está sobre todos y
todo,
porque es benigno, maravilloso, sabio y
generoso;
porque creó el cielo, las estrellas y
todo,
porque es infalible, inmortal, eterno y
justo.
Adoren a Dios porque rompe todas las
cadenas,
porque es misericordioso con el que se
arrepiente,
porque pastorea a sus ovejas en todo
escenario,
porque nos prepara una impresionante
herencia.
137
La inmortal Jerusalén es la patria de
la grey,
la esclavitud es temporal en el hombre
de fe.
La verdad, el Verbo encarnado, nos hace
libres.
La cautividad quedará apresada y
enterrada.
La plegaria del discípulo siempre es
requerida
y la alabanza cierta espanta demonios y
penas.
Aun en la cárcel, el cristiano adora a
Cristo Jesús.
La nueva Jerusalén bajará en gloria y
majestad.
138
En medio del paganismo fino le cantaré
a Cristo,
en medio del estúpido esoterismo le
cantaré a Cristo,
en medio del humanismo puro le cantaré
a Cristo.
Entraré al templo y me postraré ante
él.
El día que tuve sed, me pusiste un río
limpio.
Todos los reyes y señores te rendirán
cuenta.
Al arrogante o altivo lo mira de lejos.
El Señor te salvaguarda de la furia de
tus rivales.
139
Dios es omnisciente, omnipotente y
omnipresente.
Sabes todo lo que los hombres hacen y
piensan.
Nada te es oculto y para ti todo es
posible.
Estás presente en todos los lugares a
la misma vez.
Dios es Todopoderoso, perfecto y tres
veces santo.
Es misericordioso, majestuoso, justo y
amoroso.
En la oscura noche ves como si fuera
mediodía.
Escudriña lo más profundo del corazón.
140
Dios, cúbreme de los caprichos de la
violencia,
de la mente que planea fríamente
dañarme,
de los que usan su lengua como si fuera
una cuchilla,
de la infamia y de los que se
descomponen con ira.
Dios, líbrame de los tentáculos del
enemigo
y cuida la integridad de todo mi ser.
Que los anhelos de la perfidia sean
triturados.
El despiadado caerá en su propia
trampa.
141
No nos dejes caer en tentación y
líbranos del mal
y tuya es la gloria, el reino y el
poder, por siempre.
Perdona mis pecados como yo perdono al
prójimo
y te entrego el control de mi terrenal
lengua.
Que la bondad prevalezca en todo
proceder.
Sepárame de aquellos que practican la
iniquidad
y recibir la reprimenda de un santo es
benévolo.
El que no mire sólo a Cristo Jesús ya
se extravió.
142
Alzando mi voz, le ruego que escuche.
Estoy abatido y agónico y se lo señalo.
Me lanzaron una red por donde caminaba
y todos me dan vuelta la cara, por mi
miseria.
Estoy en el absoluto desamparo y sin
hogar.
Mi guardaespaldas es el viento, las
fumarolas.
Mis enemigos son más robustos que yo.
Estoy preso, atrapado y tú eres mi
esperanza.
143
Estoy plenamente confiado en tu piedad
y justicia
y no intentaré un debate contigo jamás
porque delante de tu presencia nada
somos.
La dicha consiste en ser salvado por su
sangre.
Es emocionante examinar tus bellísimas
obras.
Lo único que apaga la sed es el Nuevo
Testamento.
Dios, si no me acoges, seré un muerto
viviente.
Enséñame a ser un fiel discípulo del Príncipe
de paz.
144
La única y suficiente roca es el
Redentor.
Volver al huerto del edén es mi gran
anhelo.
Acabará el llanto, el desempleo, la
enfermedad.
Jesús es la única y suficiente cabeza
de la iglesia.
El ser humano es vanidoso, egoísta y
orgulloso.
La existencia es neblina que se
desvanece.
El Todopoderoso se hizo carne, huesos y
piel.
Que las acciones mías sean fecundas y
virtuosas.
145
Te cantaré desde hoy y por la
eternidad.
El único digno de recibir plegarias y
bailes
es el Verbo encarnado, Jesús de
Nazaret.
En todas las generaciones se reconoce
tu majestad.
En la gloria de tu Palabra meditaré tus
obras.
Las bendiciones de los hijos son el
testimonio.
Al clemente Creador le cuesta mucho
enojarse.
El único refugio del oprimido es el
Nazareno.
146
El único consuelo en la angustia
extrema
es Dios Padre, a través del Salvador,
en el glorioso ministerio del Espíritu
Santo.
No confíes en los grandes hombres, sólo
en Jesús.
Un pensamiento sin luz es un tren
descarrilado.
Una plegaria no elevada a Jesús es
fatal,
es él quien da vista a los ciegos y a
los necios.
Hoy su pueblo escogido es la santa
iglesia.
147
El autor de cada salmo es el Espíritu
Santo.
En la nueva Jerusalén acogerá a la
iglesia.
Sólo él restaura al humillado, al
quebrantado.
El tamaño de cada grano de arena conoce
bien.
Está informado de las intenciones de
cada célula cerebral.
La historia del cosmos reside en su
dedo meñique.
Echa todas tus cargas y líos a los pies
de Cristo.
Los términos del Salvador jamás
pasarán.
148
Que los serafines y querubines le
alaben,
que los planetas y estrellas le alaben,
alábenle desde las montañas hasta el
mar,
que cada discípulo le alabe hasta
morir.
Todo se subordinará al cumplimiento de
la profecía,
todo lo estipulado en la Escritura
ocurrirá.
El príncipe y el menesteroso le
rendirán cuenta.
El único nombre que pronunciarás es
Jesús.
149
Todo el rebaño adorará sólo Su nombre,
la iglesia está muy agradecida con el
Hacedor,
somos todos hijos y legatarios del rey
de reyes
y Dios ama intensamente a cada oveja.
A los humildes y postergados elevará,
exterminará todo lamento y persecución.
En cualquier momento del día le
adoraré.
Compartirá su gloria con cada
justificado.
150
Cantémosle a la Santa Trinidad en la
parroquia,
calles, hogares, cárceles, hospitales y
prados.
Cada ser reconocerá sus milagros y
proezas.
La alabanza al eterno Dios será
inmortal.
Que cada guitarra y batería le alabe,
que cada flauta y pandero le alabe.
Todo lo que respire enaltezca y adore
al Redentor.
Que absolutamente toda balada sea sólo
para él.
FIN del libro "Al Himnario del Salvador"
ANTOLOGÍA DE POEMARIOS
De la antología “Las sotanas de Satán”