lunes, 27 de marzo de 2017

LAS SECUELAS DE HABITAR EN LAS NUBES - MICROCUENTOS SON

Estábamos concluyendo el liceo con ilusiones, que no poseían ningún sustento, claro está. Cuando egresé, en aquellos años, no sabía ni utilizar una máquina de escribir. Era el inepto ideal, como mis cándidos compañeros de curso. De los cuarenta y dos alumnos seis ingresaron a la universidad de la ciudad y sólo cuatro se titularon. Con nostalgia recuerdo las homilías de mi profesor jefe que nos inundaba con su romántico optimismo diciéndonos “ustedes son el futuro de Chile”. Por alguna extraña razón le escuchábamos con tanta atención que no volaba una mosca ¿El profesor era un profeta? Olvidamos el himno de ese liceo fiscal de periferia y la insignia se engomó en mi velador para recordarme mi origen y mi cuantía. De todos, treinta y cinco alumnos fuimos mal pagados toda la vida. Éramos obreros, choferes, administrativos u otros. Éramos los candidatos correctos a los malos empleos. Cierto resentimiento, que no te miente, es un compañero de toda la vida. En la escuela básica todos íbamos a ser abogados, ingenieros, arquitectos o médicos. Las madres, los profesores y los tíos alimentaban con entusiasmo el cuento de ciencia ficción. La élite comprendió que era necesario que los vasallos fuesen educados. Así producen más. Todos debíamos creer que la enseñanza media completa del liceo fiscal era una enseñanza media completa. Ese era el truco de los siglos. Algunos hicieron un posgrado al interior de una botella de vino y otros en alguna esquina intimidante. El futuro fue una broma de mal gusto, una sátira del gobierno, de los propietarios de la república. En cuarto medio usábamos zapatos lustrados y una corbata. Al año después algunos usaban una pala y bototos polvorientos. Los pobres marchan por la alameda con una bandera chilena en la mano derecha y una mentira histórica en el corazón. Desde el balcón presidencial el títere de turno saluda con fe. Cuando el atorrante despierta ya es tarde, demasiado tarde. La incesante rueda del infortunio recibe una vez más con una sonrisa socarrona a las próximas generaciones ¿Por qué pensé que prosperaría? ¿por qué mi novia me creyó y no me dijo nada? ¿dónde compré tantas toneladas de idiotez de acero?¿por qué mi tía, que me decía que me amaba, insistía en que yo iba a ser importante cuando adulto? La existencia es una estafa, el modelo político una cloaca. Ayer me pensioné como chofer y estoy juntando dinero para reparar de una buena vez la puerta de entrada a mi casa de barrio pobre. El profesor no era un profeta.





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La antología de blogs LAS SOTANAS DE SATÁN es una querella eléctrica a las imágenes impías teológicas, políticas, filosóficas y culturales que habitan en la mente, en el alma y en la realidad, y que nos adhieren a la desdicha, al desencanto y a los equívocos férreos. JEFM. eliconoclasta63@gmail.com