domingo, 27 de marzo de 2022

ESE ESTADO DE COMA - POEMARIO 2022

1

La bitácora de la mesa aviejada
es el memorial de los beodos y parchistas,
el pasadizo de los fanfarrones astronómicos.
La mesera de falda aserrada
y de rostro formateado y mohíno,
es el jarrón ambulante del regadío tonificante,
el pezón y numen de la espuma perenne,
una danzadora de última fila.
En este cabaré de periferia e idilios concisos,
la mesa es la tumba de los soldados desconocidos,
la refrendadora de la cirrosis,
de los tiritones.

2

Suicidarse es morir dos veces.
La carne se convierte en polvo,
el alma también, y por siempre.
Lapidarse es arrojarse a las llamas.

Eliminarse es huir de la luminiscencia
que te telefoneó antes de abjurar.
Es arrancarse por la puerta de atrás
y lanzarse a un tobogán descuartizador.

3

Fui educado en los mejores colegios beatos,
asistí a las más fervorosas peregrinaciones.

Cuando el monto de la licitación pública es abultado
mi integridad sufre algunas variaciones.

Mi fe no se mueve, es insobornable.
En la sagrada comunión soy otro.

Prosperar trabajando como un buey es blasfemo.
Hay atajos que el tentador nos ofrece con argucia.

El credo es sacrosanto como los cristales de la catedral
y mi sordidez sutil es más recia que un turbión irascible.

4

Disfrutar el éxito del otro,
cantar el triunfo del vecino,
aplaudir la victoria de los colegas,
regocijarme con la prosperidad de los otros,
a veces es demasiado.

Ver caer al otro,
enterarme del traspié del vecino,
conocer en detalle el error del colega,
interiorizarme de las perforaciones a otros,
es más digerible.

5

El enredo es grande y nada desenmaraño.
Talentoso en incrementar el lío,
un absoluto inepto en hallar el escape.
Sin importar hacia donde camine, siempre desciendo.
Mi destino es el cenagal, el despelote mi dieta.

6

¿La musa vive conmigo?
¿o es una misionera, una extraterrestre?
¿Somos sus vanidosos súbditos, sus títeres?
¿nos compele, nos obliga?
¿Somos peones de sus sorprendentes antojos?
¿la gloria es sólo de ella y yo recibo los aplausos?
¿Sin el estro no hay regocijos, interpelaciones o sátiras?
El acto creativo existe, los creadores existen, el Creador existe.

7

La nada dormía plácidamente la siesta de los siglos sin ningún proyecto.
Con la explosión del inicio y el huerto del edén todo se alteró dramáticamente, de un golpe.
¿Cuál es el plan en medio de esta angustiante inquietud llamada existencia?
¿Tan terrible es el libre albedrío?

8

Al próximo minuto
que no regresará jamás,
¿cómo le doy la bienvenida?
¿cómo lo exprimo?

El actual minuto
¿me ensañará algo?
¿dejará huellas?
¿lo aprovecharé plenamente?

El minuto que se fue
es un componente de mi historia
¿qué calaré con fría serenidad?
Cada tic tac posee su peso.

9

Siendo niño traveseaba en la higuera del estacionamiento casi todas las tardes libres. Nos colgábamos, la maltratábamos un poco, era un obelisco y bebíamos jugo en ella. Entre tanto edificio desteñido este árbol era un embajador de la floresta. Siempre animosa, nunca cobró. Un día cualquiera vi como una sierra eléctrica municipal la mató de raíz, con un sumario anómalo. Por mientras la llevaban al basurero en el camión iba por la avenida arrojando historietas, juegos de niños y escenas románticas que se diluyeron en la mesósfera. La higuera pereció empinada, con desazón, con los encargos cumplidos, sin un adiós y con un pañuelo en alto que hamaqueaba.

10

El hombre se golpea fuerte,
se hiere y se ultima.
Se es una amenaza, una gumía,
un peligro inminente.
Se busca para liquidarse lentamente,
menoscabarse y deshumanizarse,
encontrándose una y mil veces.

11

Emerge la ambición,
germina la maquinación imponente.

Surge el brete vigoroso,
florece la mentira generosa.

Asoma la rentabilidad,
brotan los trucos y la apetencia.

Aparece el poder,
nacen las colusiones y los crímenes atinentes.

12

Encontrarse con un amigo de la secundaria y retroceder treinta años en un segundo.
Rememorar el festival y las risas y esa ilusión de que triunfaríamos en la adultez.
Nuestro desafío era aprendernos bien el paso de baile, besar a la inconquistable.
Pensábamos que éramos bacanes, imperecederos.
Nuestro liceo fiscal era un nido de estrellas.
Recapitular los 17 años es ponerse tristón.
Treinta años después y con esta barriga, ya no canto, no bailo y soy un mediocre ejemplar.
Con honrosas excepciones, las estrellas están en el cielo.

13

I

Con una botella de ron se distanciaría la pena,
con el despertar la angustia crece un poco más.

Bebido confiesa hasta la última puñalada,
sobrio vuelve a ser una tumba recatada.

Es duro encarar el fin de semana abstinente,
la lucidez es una carga que ya no tolera.

Aterrizará animoso en la barra del bar,
escuchará los sermones lacónicos del etilismo.

II

Algo ebrio:
soy más sensitivo y pelotillero;
te veo hermosa y acinturada;
le presento recobros al planeta;
palpito con el primer halago;
requiso el micrófono del restaurante;
intento ser un humorista de salón
y un bailarín delgado y espontáneo;
soy como el animador de una quinta de recreo;
podría ser el acróbata en una azotea;
conduzco más veloz y desenvuelto;
soy sempiterno;
me aíro con facilidad;
mis resentimientos se dan un festín;
mis engendros guían la procesión.

14

¿Cómo a este ingeniero, con un currículum homérico, que pintaba para gerente, se le ocurrió que lo parieran en una barriada en donde todavía hay un vulgo con piso de tierra? ¿Sobre qué divagaba este cráneo de corcho cuando decidió beber leche materna, en el extrarradio? Otros, más impresentable aún, portan consigo glóbulos rojos indígenas debajo de los atavíos, y más temprano que tarde son sorprendidos en su picardía. Algunos empingorotados embalsamaron su decencia vaciando las venas de los otros, la de los aplastados, recomponiendo el orden doméstico. El perfil de un buen candidato y de una buena hortaliza está en su raicilla.

15

No poseo una cepa, no daré frutos.
Desadaptado, no soy de ninguna hectárea.
Mi sentido de pertenencia es nulo.
No me matricularé en la asociación
de los que dijeron adiós repetidamente,
y nadie los atendió.

16

No soy el poseedor de mi existencia,
ni siquiera un accionista minoritario.
Deseos bajos y otros comandantes me doblegaron.
No soy un actor secundario en mí.
Con el arrebol guardo la compostura.

17

¿Para qué irse de esta ciudad si aquí vegetan todos los que me aborrecen, todo lo que detesto, todo lo que no logré? Inicuo sería comenzar la pesquisa de hostiles y malogros en otra comuna si este lugar me los ha obsequiado todos. Mis pedagogos fueron el alerce de la plaza costrosa, la venta de vino suelto, los muchachos tatuados. En esta barriada traspapelé las expectativas, deseché el evangelio como otros tantos miles de majaderos. La bronca fue plenaria y la escuela me veía con un overol, una picota y con una lengua inelegante. El envilecimiento adora a las periferias y mis antecedentes son un vinagre provecto. El himno del colegio ya no lo canto con la mano en el pericardio.

18

Cruzo el pestillo y soy otro, un modelo frecuente y universal,
un paseante más en la jungla, un furúnculo más de la montaña.
Mi recuadro y yo me elevan.
Algo grandioso no acaecerá y mi biografía se entumecerá.
Ingreso campante e inconcuso por el pasillo
y ni los ratones me suben a un plinto.
Le pongo todo el empeño y furor y las plumas no me crecen.
Me loo hasta aburrirme.

19

Las hojas caen, el tronco continúa firme.
Las próximas floraciones traerán nuevos folios
y nadie conmemorará a esas veneradas hojuelas que cayeron,
con tantos cacharrazos y morriñas.
Nuevas simientes acarrearán otros bosques,
otros árboles, otros hijuelos, otros onirismos.
El viento barrerá las brácteas y la hojarasca
y con las primaveras surgirán otros espejismos,
rutilantes, acomedidos y carianchos.

20

Me decepciono de mí tan seguido que ya no me apesadumbro, no salgo huyendo.
Fui tan despreciable en esa víspera, que al principio me impacienté, cínicamente.
Actualmente estoy estancado en el lodazar y todo es isófono.
Bien fortificado y aperado sorteo los repullos del irritante enemigo, sin barquinazos.
La fatiga de la existencia, el sofoco de los bienios, el embotellamiento en todos los ítems y el ser uno más de la barriada, ayuda mucho.

21

Si nadie me persigue, me atosigo solo.
Si una mesa cambia de lugar, me pongo intranquilo.

Si no aparezco en la nómina es porque me tendieron una trampa.
Y si mi sesera no brilla todos están al corriente que es por la envidia.

22

Nadie me ha notificado que soy un desgranado, un piojoso.
Brinco jubiloso porque no estoy al tanto de que vivir con hambre y miedo no es normal.
Me lo comunicaré yo mismo, me instruiré yo mismo, me espabilaré.
La servidumbre de las mayorías y la gloria de unos pocos es teratológico.
Mi inquebrantable ayer es un ludibrio.

23

Acá adentro, tiesos y horizontales, nos parecemos, nos emparejamos.
Nada nos inmuta, nada nos despierta, y con la radio en la oreja, nada oímos.
Tumbas elegantes y funerales con un nuncio, mas entre los cadáveres hay una hermandad desjerarquizada, de bajo perfil.
Las reivindicaciones se truncan y la descomposición nos da un trato igualitario esta vez.

24

Con la aspiración de entender en profundidad separo la materia del espíritu, lo tangible de lo intangible.
Lo inmaterial posee códigos, lo imperceptible a veces se siente, el espíritu posee un lenguaje.
Lo incorpóreo y lo visible componen el todo.
Afinen los gravímetros.

25

Mi inmodestia me invita a ser un filósofo, un iluminado que aportará al pensamiento enciclopédico lo que traigo conmigo, mis singulares dones.
Con mi experiencia en el bar, en el café, en la biblioteca, perfilaré mi intelecto hacia la soledad del alma y me transformaré en un contemplativo de fuste como ese universitario que se leyó veinte libros académicos completos y ahora no saluda a nadie.
Algo muy dentro de mí me señala con campanas que soy una roca de arena especial.

26

La existencia misma es una demencia,
un dolor de cabeza que sobrepasa cualquier racionalidad.
No se explica desde sí, desde aquí.
La vida es la esencia y esta es un retoño de la divinidad,
que nos carcome.
La ansiedad se cura con una esencia encendida
y en la cual la razón va de cantor de antifonarios y nada más.
La existencia supera infinitamente el pensamiento cumbre.

27

Tengo el presentimiento de que algo feo ocurrirá,
casi nunca ha sucedido mas acaecerá.
Los presagios van en esa dirección.
Desconfío plenamente de los buenos augurios,
de los optimismos incultivables.
En mi trinchera me preparo para lo perjudicial.
El infortunio rara vez nos desilusiona.

28

Retorno siempre a este maldito lugar.
Me daña y vuelvo igual.
El lugar y yo nos detestamos elegantemente.
Me presento casi por obligación.
Es mi debilidad la que conduce el automóvil
y las gambetas baqueteadas son ineficaces.
Desde aquí, mana una de las desdichas de mi ser,
que me horada.
Este abyecto sitio es parte de mi magullada piel.

29

Un viejo hit de Elvis suena
y la pubertad desharrapada se sienta enfrente de mí
con vivencias que me arañan los pelos de a uno,
en calidad de postres agrios, sembrados con mamaderas escépticas.
La justificación por la fe dio vuelta una página que está ahí
y que el viento retinto mece, a los lejos,
con remembranzas que no disfrutan del cubil
que me plasmó la ventura.

30

Me amo tanto que no viviría sin mí.
Me soy imperioso.
Me echo de menos, me necesito más que a nada.
En mí, yo soy el primero, el segundo y el octavo.
Viva yo.

31

El alcohol sólo moja la culpa, la riega, la eleva.
El sentimiento oscuro no se va
y grita por toda la cantina, en silencio.
Pasan los vasos y me pudro.
Pasan las horas y mi tropiezo se amplifica.

32

¿Qué explicación coherente da la razón a la presencia de la razón en sí? ¿la respuesta va a ser racional, irracional o asombrosa?
El origen de la razón es un Misterio, en el más lúcido de los casos.
Afloró de la nada, como si nada, ¿proveniente tal vez de un acto de brujería?
La creación de la razón es totalmente incomprensible porque es sobrenatural.

33

El vacío: es potente, envolvente,
es quien tripula el ser, el orbe;
es inmortal, o se cree inmortal;
es el premier en la depresión;
es antes y ulterior a la materia;
es el meollo de las botillerías diligentes;
acredita que nos expulsaron del río Éufrates;
es el progenitor de la ansiedad
y le da una identidad a la miseria de cada uno.
El problema de fondo es el vacío del alma
y los siquiatras intentan bosquejar bien
aquello que no se palpa, que no se asoma.

34

La existencia misma es el lío,
no parpadear es otro.

El propósito total lo tanteas
cuando lo abandonas todo.

Hay una presencia que se va,
mas nunca menguarás.

Algo en ti es sempiterno.
No te alimentes de lo que se va, de lo que se ve.

35

Con mi número electrónico en la mano espero a que un cajero me llame.
El tic tac no cede y es despectivo con todos.
Me aproximaré a la ventanilla cuando llegue mi minuto, nunca antes.
Mover el pie por la desazón
o presionar al reloj para que se apure, no es ventajoso.
Claudicar no es una opción.

36

Acurrucado en un nogal y desgarrado de su parentela,
sobrevive este capullo de pasto rodeado de veredas de púas.
Parece un forajido que se resiste a fenecer
debajo de una aplanadora vanguardista.
Digno paladín en este tsunami de cemento.
Del árbol monoico eremita cayó una lágrima litúrgica sobre ese altar llamado de sopetón área verde comunal.

37

¿Por qué es tan peliagudo ser una novia, de vestido blanco o amarillo, con una dama de honor y un tocado, si malcarada no soy? ¿El altar es una cuartana en los varones y la sortija un bulldog airado? Voy con mi padrino de la mano cuando el insomnio es la alfombra. Fui una mozuela regodeona. Me amarro a la barbacana por si algo cae, un pajarón famélico que me distinga como el último plato de la mesa.

38

Muchos esperan a que el supermercado abra sus puertas, con un comezón en la mano.
Es la rectoría de los apetitos.
Con la variedad me mareo así que es el publicista vivaz quien llena mi carro y me conduce.
No todo lo que compro es necesario y con mi impulso consumista improviso.
Como en la catedral, aquí me relajo y adquiero lo que supongo que es útil, con un interminable redoble de los dependientes.

39

Nunca fui pudiente, del barrio alto.
Me teñí el pelo, adelgacé, me acicalaba y usaba un vestuario distinguido,
mas la aristocracia local con sus filtros me tachó de proletaria, de trepadora avispada.
Con una cintura más ajustada más de una puerta refinada se me abre.
Me faltó estatura.

40

El resentimiento me pregona que soy un vasallo,
la degradación de cada día me lo confirma.
Si la saña es el tambor mayor los usureros vencerán, si camino con coraje detrás de las sandalias del Nazareno, todos los ardores negativos se reciclarán y no se desperdiciará ninguna munición en la batalla de los siglos, que siempre perdemos.
El negrero es quien teje la banda presidencial.
El necio supone que Dios es mortal.
El que no veas el soplo no significa que no concurra.
Los dioses paganos son deyecciones.
La compasión del evangelio capitaneará la justicia social.

41

Pasea su bello trasero entre las mesas,
es un tesoro que administra con diversos vaivenes.
Las propinas dependen de sus medidas,
su sonrisa es un gancho, en todo aquel que viene.

Cuando ella coquetea al varón se le enfría la sopa,
con su paupérrimo salario no alcanza a sobrevivir.
Es una garzona que cuida su figura y las esperanzas.
Con los babosos admiradores hace una fila, sin dimitir.

42

Yo sí entiendo a los demás, los demás no me entienden.
Yo sí escucho a los demás, los demás no me escuchan.
El fatuo y deslucido planeta pretende
ser el centro de mis giros.

43

En el conventillo las frustraciones son equitativas,
la miseria nos ama a todos en forma similar,
la vida privada no es ningún misterio,
los niños comparten las derrotas de los padres,
algunas señoras se confunden de marido
y siempre hay ropa y aspiraciones colgadas.

44

Que la razón no excluya a la intuición,
el pensamiento es el primogénito del alma,
el humanismo a solas es una crisis en sí
y el futuro una oquedad arrolladora.
La materia asfixia los anhelos del espíritu.

45

Estancado en el puerto y pegado al borde no progresaré demasiado.
Desde la orilla veo el mismo horizonte y sol que todos,
me recreo de esa armonía que significa tener un pie anclado a la tierra.
Me desvincularé de la playa, de la bahía, de la acogedora arena blanca.
No diviso la rada, mi perspectiva es interminable.
No recuerdo el color del grao.

46

La banca de la plaza se deteriora con los decenios, y no por los acontecimientos terrosos o grasientos.
Espectadora rigurosa de los cachondeos, intrigas, zanganeos, fumadores, cavilaciones y disyunciones.
Es una residente arrinconada, el pelo del rabo de un ratón, una atalaya ermitaño y estoico.
El ventarrón helado no la corre un centímetro.
La que me vio gatear subsistirá.

47

El papá lo insulta porque se orina, y por el susto, se moja otra vez. Cierra sus ojos en una tómbola, su cama es su karma, un péndulo. Le cuelgan las sábanas y se oprime.
Las mañanas son una cara que varía.
Con las noches sus sonrisas flaquean,
levantarse seco es una maravilla.

48

Sazonando con aliños y mantras en la cocina,
trituro la rogativa que nace de adentro,
evito la espontaneidad y el desahogo llano.
Con el mecánico rezo somos un robot del espíritu,
un estampado original con mil fotocopias impávidas.

49

En el hospital reconoces el peso de la enfermedad, con una buena salud se te fuga la romana.
En la pocilga graficas todos los ángulos de la pobreza,
con una cuenta corriente obesa el prójimo desaparece.
Jugar a que me pongo en los zapatos del otro, creer con un falso pudor que me pongo en el lugar del otro.
Ser un apóstol de cartón cuando voy a la parroquia,
tener en estado vegetal la ruin distribución de la riqueza,
confiar en que las migajas algo solucionarán,
esconderse con fe detrás de la caridad, siempre agotada.

50

Adherido al reloj control con prestancia
espero ansioso la hora de salida.
El último minuto es el más extenso y vil.
El minutero me forja cierta tirantez,
porque al verme contrajo la velocidad.

51

La fe en Cristo es límpida, la religión organizada es un instrumento de poder, manipulación y desvaríos. La salvación en Cristo es directa y sencilla. El poder religioso se apoderó de las llaves del más allá y de toda expectativa. Bautizarse o matricularse en una organización religiosa es el inicio que intenta pulverizar el anhelo de realizar reformas estructurales en la sociedad, en la teología de rodillas. La fe pura en Cristo tiene hambre de justicia social, de racionar la riqueza con los ojos abiertos.

52

Está a punto de repetir de curso,
le solicita piedad a los profesores,
eleva plegarias a Dios y a algunos de sus subalternos.
Estuvo todo el año abrazado al ordenador,
busca con fullerías salvar el año.
Su astucia hallará alguna salida de última hora.
Y vencerá la mediocridad arrogante.

53

Todos deducen lo que el hombre apetece, la mujer rara vez concluye lo que efectivamente ansía.
El próximo paso masculino es predecible, el de la dama es un enigma debajo del agua.
El hombre es pasión y carnalidad.
Ella es romanticismo, fuego, sentimiento, idilio, entresijos y mil sorpresas más.

54

El hijo le enseña al padre, el nieto reprende al abuelo,
el joven dormilón todo lo sabe y todo lo anticipa.
La sabiduría del impulsivo toma vuelo.
Otra vez el mentor está obsoleto, otra vez el sermón es anticuado.
Esta generación matasiete gobernará al país
con las mismas pifias del siglo antepasado.

55

Fueron felices porque creyeron que ya no eran un país pobre, hasta que los sacudieron con un explosivo.
Todo muerto de hambre sonrió con una hipoteca o deuda repleta de luces de bengala y mascaradas.
La banca es experta en destripar ciudadanos y en poner a la economía en sus puros huesos, con las algarrobas como el nuevo plato típico.
Por mientras duró, disfruté la farsa.
El ogro te manipula y no perdona jamás.
Un peatón arruinado es todo un logro.

56

Todo se escribió, todo ocurrió.
Las pasiones se desligaron y ninguna fue retraída.
Espero el mentado desenlace, sentado.
Estamos amarrados a la globalización del mal,
unos pocos dirigentes mundiales nos acarrearán
con timbales al tormento inapelable, casi sin darnos cuenta.
El orbe aguarda la consumación, dormido.

57

El fracaso me pone frente al espejo
con un brindis y la misma cantinela pesada.
Me ve parado donde me quería.
Me profetizó con gritos que era un súbdito del reino de la insignificancia, que mirar el cielo es una falacia.

58

¿Cómo crearé la corporación de los suicidas probos?
¿cómo el tesorero cobrará las cuotas?
¿cómo tramito las suplencias?
¿quién escribirá el discurso de cada despedida?
¿dónde debatirán sobre los próximos pasos?
¿quién adoctrinará a los novatos?
¿cuál es el perfil del presidente de la agrupación?

59

Ese viento vigoroso se olvidó que pasó por tu cabaña, cerca de la orilla.
Está vívidamente presente en mí ese turbulento airecillo
que me despeinó y que puso granos de arenisca en mis ojos.
Mi palpitar me susurraba que estabas ahí
y alcancé a ver como cerrabas la ventana, semidesnuda y apurada.
Por el impertinente y fastidioso ventarrón no toqué tu puerta,
tus acicaladas manos, con un afecto que se disipó en los remolinos.
Esa fracción de tu cuerpo es una fotografía en mi mente.

60

Soy un perro sarnoso porque así me tratan.
No poseo una cola ni cuatro pies y soy de precario pelaje.
Cumplo con la silueta. Militaré en la escoria.
Mis calificaciones son sobresalientes, mi poquedad es descollante.
El secretario de Estado me ve pasar y mira su celular.

61

La paranoia en sí busca la verdad,
diseñando confabulaciones y martillazos en el dedo.
No repudies la bendita locura de la fe.
Envidio al que se sienta en el trono de mis sueños.
Me enajenaré de toda realidad y haré de la cuenca la puerta del edén.
El lenguaje es un campo minado.
El que fantasea redarguye, avanza.
Las inquietantes figuraciones son parte de mi ambiente diario
y aplastan los dispositivos de seguridad.
Los leviatanes aúllan sin reparos.
El inconsciente es un gobierno independiente,
y neurótico o no, es mi otra brújula.

62

El infinito genera sed,
las propiedades del alma agitación.
La finitud es un paso más del trayecto a la eternidad.
Los devotos de la razón fabricaron el desastre actual.
La dialéctica falleció en un océano de disparates.
La síntesis se devoró el conjunto.
No dinamitarás esa sequedad que cocea.

63

Poseen una postura metafísica, el creer o no creer es una de ellas.
Aferrarse a una teoría es un acto de fe, despreciar un dogma también lo es.
La física tiene un perímetro, un techo.
Al indagar más allá eres un creyente.
Tu credo te indaga, te motiva.
No es la evidencia irrefutable la que ocupa tu mente.

64

La arrogancia y la ambición
nos convirtieron en dioses insufribles,
petulantes y vanos, en monstruos inicuos.
Nada hay sobre nosotros, rechazamos toda sumisión.
Actuamos como tracistas del universo,
llorando en silencio nuestra impotencia.
Cada ser es un don nadie,
los vergeles se desbaratan en el aire.
La limitación humana es jocosa,
la altivez es prodigiosa e imbatible.

65

Ingresé al templo con mis caperuzos,
al no arrepentirme sumé una filfa más.
Nos damos la mano con mucho amor.
En mi descarrío poseo grados y antigüedad.
El sacramento no despeina mi barbaridad.

66

Terminé siendo un solitario, ya no interactúo con los otros.
Los veo caminar y reír, ellos no me divisan.
Soy una estantigua sobre dos pies.
Cuando deshabite el barco nadie se enterará.

67

Lograste despedazar tu vida gramo por gramo, poro por poro, con una imperturbabilidad encomiable, con una cerrazón excepcional.
Miras al nirvana escrutando reos. En tu entorno habrían causantes.
Tú te acercaste solo al hoyo profundo.
Los que te aguijonearon te tomaron la mano.

68

Conmigo mismo no me siento desguarnecido,
mi interior disfruta su plenitud.
Con luz siempre caminarás acompañado,
la presencia humana no altera el fondo.
La soledad es subrogante hasta que florece el titular.

69

La soltería en otra época era un castigo, hoy posee inundaciones de discípulos y gurúes. En cada aula y ciudad tienes estatuas exaltadas, las excusas superan la imaginación. El matrimonio es una apuesta peligrosa, redundante, aunque con los años me irrite con más facilidad. Ese genuino amor que barre con todo es escaso. La mocedad es mi bunker de cartón.

70

El ángel de la muerte no nos avisó,
chocó su automóvil y partió.
Mi hijo transita por los pasillos de la casa,
su lacerada madre lo ve entrar, araña su voz.
Sus veinticinco años los vivió intensamente,
nunca disminuyó la velocidad,
el disco pare no era una señal determinante.

71

El tiempo nunca retorna,
las primaveras se amontonan en un cofre.
Delante de ti está la eternidad,
el tiquete de acceso es una cruz que te reta.

72

Se ha ido la probabilidad,
se hartó de ponerme mala cara.
En este corro desfalleceré,
la indulgencia ya no me alcanzará.
Soy el maestre de los portazos.

73

Cuando el amor se desconecta del cerebro es puro,
si bordea la locura es normal.
Cuando trastorna la acuarela
dos almas se adhieren y se van.

74

Arrimarse a la venganza es una tentación hacedera.
Desvincularse del rencor es el lance magnánimo.
Desearle el mal al otro.
No cualquiera bendice al agresor.
La vileza que le arrojo al otro nace en mí, me moldea.

75

Con la ignorancia fraguaron a sus dioses,
con el miedo se sujetaron a ellos.
¿De dónde proviene la sapiencia?
¿cómo se adquiere el valor?
¿Por qué la obligación de ir más allá?
¿por qué intuyes la presencia del Espíritu?
El paganismo surge de la rudeza,
con el pavor cubren los requerimientos imaginarios
de los fetiches paridos, de los ritos estrafalarios.

76

El problema reside en la caída.
Los traumas y ramalazos lo incrementan,
el psicoanálisis no toca la tumefacción,
sólo describiría el motivo del desconsuelo.
La naturaleza es transformable.

77

I

Era un mago oscuro,
un diestro de la ciencia ficción,
un ídolo elevado de la masonería.
El tratamiento era su neurosis,
en el campo teórico sanaba a muchos
y el abuso sexual era su obsesión, su musa.
Sus tesis fantasmales nunca han sido demostradas.
Tanta cocaína y cigarros lo desmembraron.
Es patético analizar en profundidad lo que no existe.
El psicoanálisis tal vez no supere al horóscopo.
El inconsciente es una conjetura sin formas.
El diván aumenta tus demonios.
Hay quirománticos que han mostrado más mesura.

II

Una salud mental sana y el psicoanálisis nunca se localizan.
Es el timo descarado.
El funcionamiento del inconsciente es un credo oscuro.
Es un santero no asumido
y el sofá un meadero insalubre, un trauma.

78

El rey vive como un dios,
el banquero es el único dios,
el rey es un súbdito de dios,
los parlamentarios son lameculos de dios,
la ciudadanía toda está en manos de dios,
el Estado de derecho es un ángel custodio de dios,
la oposición controlada es un retoño de dios,
los periodistas son diáconos en el reino de dios,
la miserable deuda es una alabanza a dios,
la soberanía se ejerce dentro del feudo de dios.

79

El amor se inicia con escamas,
pensándolo todo, hasta ser irracional.
Se aproxima peligrosamente al descoco.
No practiques el mapalé con el admirador equivocado.

80

En medio del terremoto oré por mí.
A los cinco minutos después oré por mí otra vez.
Regañé a Dios por no escucharme adecuadamente.
El vecindario pasa delante de mí implorando.
Espero los beneficios que requerí.

81

El mal posee un peso pequeño y es un zafral,
la justificación es vigorosa y eterna.
El hombre opta por el primero con edénica naturalidad
hasta que atiende la llamada de la cruz y elige.
El interior, que clama, posee su propio salvoconducto.

82

Un hombre se casa con otro hombre,
un hombre se casa con tres mujeres,
un hombre se casa con dos hombres y dos mujeres,
una mujer se casa con dos hombres,
una mujer se casa una mujer y cuatro hombres,
un hombre se casa con tres familiares de su casa,
un hombre se casa con un animal,
un hombre se casa con sus padres y sus animales.
Todos se casan con todos.
Todos se divorcian de todos, todos adoptan niños.
Son progresistas de corazón.
Todo vale.

Un travesti adopta a un niño,
haciendo el rol de madre y de padre, intermitentemente.
La intemperancia es el alcaloide de los pueblos.
La Santa Inquisición progresista es la que define hoy
lo que es pecado y lo que no lo es.

83

Engordar y no decírmelo,
con la mayonesa en la mesa.
Mantener el secreto durante la temporada,
no tomarse fotografías con huesudas.
Engruesar y pasar desapercibida,
pasar la lengua por el plato con discreción
culpando a la desazón
y cabecear en posición fetal.

84

Cuando recapacito no acierto, a veces paso rozando.
Desde mi indagación delirante e imprecisa
construí mi filosofía política,
mi vertedero futurista, con frenesí.
Ciudadanos son ajusticiados en el vientre
y yo celebro el don de la libertad.

85

Falló el estándar paternal y se desorientó.
Es una tergiversación, no una posibilidad.
No hubo un modelo de masculinidad y sí sufrimientos.
Es una alteración, no una alternativa.
El abuso logró horadar su identidad, la normalidad.
Es una perturbación sicológica, un mal.

86

La mezquina tentación de juzgar al otro,
de apuntar bien, de descuerarlo entero,
de no olvidar detalle alguno,
de enfatizar sus debilidades con vehemencia,
de desnudarlo en público y disfrutarlo
y comprobar que igual es superior a mí.

87

Suben beatos a los altares para concebir el ardid
de que sí es posible que un presbítero sea un santo,
siempre que no se conozca su vida íntima.
Y sí es un venerable, es porque las estatuas no pecan,
y esto le da algún amortiguamiento a la Madre Iglesia.

88

La carta astral me sitúa,
me delinea la semana con refulgencia.
Mi lamento está asentado, es estructural.
El quejido es intercalado.
La superstición me regala
medio minuto de bonanza y un poco menos.

89

Jamás seré igual a ti.
Te bajaré del pedestal de un cachiporrazo.
Sé que no somos iguales mas tú serás como yo.
La aversión es el epicentro del pensamiento,
la materia prima de la reflexión.
La envidia es el prólogo del resentimiento intelectualizado,
el motivo del reclutamiento de los catecúmenos.
Como somos desemejantes me deprimo.
La valía es un lío.
Cuando seas un pobre diablo como yo, reposaré.

90

Si no hay respuestas definitivas y contundentes son innecesarios los rastreos, los coloquios profundos, los cuadernos espesos.
El cosmos no se preocupa por ti. No intentes rayar el firmamento.
Somos pulgas desgarradas ante el infinito.
Es ridículo trascender después de tanta miseria.
La vida es un evento quejumbroso y reiterado.
La existencia me sobrepasa por todos sus bordes
y la religiosidad desembolsa exégesis áridas.
La aceptación y la resignación son los pilares del dogma.

91

Los sentidos no capturan la verdad, lo trascendente,
sólo una fracción de la realidad,
que nos señala que el vaso está desocupado,
a través de la congoja.
El cuerpo no es un trapo sucio
hasta que el mozalbete toma sus primeras decisiones,
independiente de los alegatos del glosario.
La gloria posee un nombre.

92

Me comprendí a mí mismo y sollocé un siglo.
Desde mí, en mí, una restauración es imposible.
Conocerse es palpar la impotencia, la iniquidad.
Ser uno mismo es una tragedia.
La quietud efímera es un señuelo inquietante.
No me admitiré jamás en este estado ceniciento.
No soy lo que creo que soy, tan persuadido.
En los días terribles soy un energúmeno laureado.
Pasan los bienios y mi alma se ennegrece sin intervalos.
Una semilla de mostaza bien plantada se agiganta.
En la sensatez llevo flores amargas a mi tumba.

93

Tuve una niñez relativamente feliz.
Con mi depresión las imágenes se oscurecen.
No destaco casi nada, casi todo fue incoloro.
Mi espejo retrovisor es una novela turca.
No hay un puerto de embarque, una batalla heroica.
La presencia es un tren en un túnel hacia abajo.
El sol iluminó un trozo de mi juventud.

94

Abyecto y cicatero,
mas soy un dios.
El arrogante es un malnacido.
No soy menos.
Sagrado estiércol.

95

La tremenda destreza para encubrir el odio,
la frustración, las trancas y la pesadumbre,
y caminar por el boulevard como si nada ocurriera.
La formidable capacidad de utilizar el rencor,
como roca en la edificación de una nueva sociedad,
con la solidaridad como primera trompeta
y la tolerancia a lo inaguantable como atabal,
y en donde mi mediocridad se desvanezca en la multitud,
con líderes que caminan jactanciosos al foso,
cantando marsellesas dislocadas.

96

Cuando el redimido debate con otro
disputa con su propia alma.
El ateo es un foco apagado de ralea,
el pagano es un diablo en la oreja.
Al frente no hay nadie, pelea solo.
Los adversarios se domicilian en él.
Con el otro, que es un parámetro,
mido mis temores y resbalones.

97

La moral me da estatura, credibilidad.
El vocablo adecuado es vital.
Mantendré la reputación de mi talante hasta la extremaunción.
El cinismo me atornilla al podio.

98

El alma es inmortal, la base de la subsistencia,
el punto de partida de la cosmovisión, de la debacle.
Perfeccionar la fachada es reevaluar los escombros.
La vida en sí no perece.
La maternidad fabrica inmortales.
Los cadavéricos se creen dioses.
A veces la muerte es un alarido de victoria, una ofrenda.
La bienaventuranza es la esperanza
y el que te pudras en el abismo una eventualidad.

99

Supuse que era cierto, imaginé que así era.
Todo apuntaba en esa dirección, no se habló más del asunto.
Me equivoqué sin piedad.
Aprendí lo que es una herida perdurable,
el daño irreparable, el cuchillazo imborrable.
La presunción fue la llama inicial del ahogo
y los celos la santa madre del desencuentro.

100

El Absoluto es la verdad,
cada fragmento es cierto e irreductible.
Nada más cabe.
La nada es el estéril tablado del cual detonó el universo.

101

El endemoniado visita al siquiatra,
quien halla puntos umbríos.
El diablo concuerda con el profesional.
Las instancias se agotaron.
La lobreguez está intacta y revalidada.

102

Lo mejor es no estar al corriente jamás,
no intentar enterarse,
gambetear con talento y audacia vivaz,
eludir el punto en cuestión con convicción,
matar toda curiosidad gatuna.

103

En la crisis el relativismo entra de titular,
en la tentación es un analista reputado,
en el hambre un mariscal de campo.
Los pilares se doblan, el catecismo se derrite.
Con el piedrazo recapacito, con el balazo cambio.
El modelo inmaculado me da la espalda,
el jefe no quiere que le pellizquen la uva.
El relativismo es el lugarteniente de la hecatombe.

104

Mi religiosidad no es hija del examen.
La inopia mística remoza mi fe.
Desmigajar el fundamento es un afán de gigantes.
Una lágrima pagana vale más que mil locuciones.
Pensar la fe es extender la soberanía.

105

Escabullirse de los detectives,
ser patrullado por palomas con grados,
sortear persecuciones novelescas,
caminar en cementerios movedizos,
ametrallar a buitres ilusorios.

106

Soy parte de la familia.
Sentado en la primera fila soy un testigo mimado.
No me conmuevo.
Hay veladas en las que me veo disímil,
colgado en la pared.

107

La misma espina, el mismo persecutor.
Treinta años ingresando al mismo callizo ennegrecido.
Mi turbación es una estatua de plomo.
No hay una arruga nueva en los dilemas.
No ausculto el silbo del estancamiento vetusto.

108

Sentado en mi silla oía al paciente profesor.
Realizaba el mismo número todos los años.
Ambos respetábamos el libreto, la trama.
Recuerdos imborrables. Creo que algo aprendí.
En el recreo la silla descansaba de mí, jubilosa.

109

Del cementerio regresan emociones roídas,
conclusiones proscritas por el estándar,
equinos chúcaros huyendo de deslices vergonzosos.
En el subterráneo se inicia una peregrinación,
el maquillaje no alcanza, los impulsos se apertrechan.
La lujuria trasegada se agazapa debajo de la mesa.
Los frenos se oxidaron.

110

Si no tienes enemigos sólo te acomodas.
No hay pugnas ni paroxismos.
Eres un don nadie
que se ríe como subnormal,
con cierto glamour.





Fin del poemario “Ese estado de coma”

ANTOLOGÍA DE POEMARIOS
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De la antología “LAS SOTANAS DE SATÁN”



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JAIME FARIÑA MORALES



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