Cada ser porta en sí porta fantasmas o demonios por los cuales debe pelear cada día. El egoísmo, el orgullo, la carnalidad y otros, no pretenden despegarse del hombre. Son una carga, una mochila. Con el tiempo van colonizando los disimiles territorios del alma. Un vicio puede ser un amo sin mayores problemas. Independiente de nuestras sonrisas o superficie nuestro interior es oscuro e impredecible, inquietante. Las miserias gobernantes nos traicionan y nos llevan a conductas o pensamientos vergonzosos. El alma irredenta sufre sin descanso.
Del blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN
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